La temporada de Fórmula 1 de 1993 fue un duro golpe para el equipo McLaren. Terminado su vínculo con Honda, que decidió dejar la categoría tras el torneo de 1992; el equipo británico tuvo que recurrir al motor Ford Cosworth V8. Este impulsor era menos potente que el Ferrari, que el Renault V10 exclusivo del equipo Williams o incluso que el Ford que tenía Benetton, con una mejor atención de la marca del Óvalo.
Esta situación hizo que fuese alta la tensión interna del team de Woking; y también muy grande la incertidumbre de cara al futuro. Tal es así que el brasileño Ayrton Senna, su piloto estrella, esperaba cada carrera para renovar su contrato…
McLaren necesitaba un nuevo motorista para 1994. Con escasas opciones, Ron Dennis, su responsable, posó sus ojos en el proyecto de Lamborghini liderado por Mauro Forghieri. La marca italiana llevaba varios años intentando destacarse en la F.1 con su V12, pero no lo había logrado por tener como clientes a equipos como Ligier, Lotus, Minardi y Venturi.
Para despejar cualquier duda sobre el rendimiento del V12, McLaren decidió hacer una serie de ensayos. Para eso adaptó uno de sus chasis MP4/8B para el motor de Lamborghini, que a su vez compactó y aligeró su propulsor y le instaló una nueva electrónica desarrollada por TAG Electronics.
Así nació el llamado McLambo, un coche con el que Senna y el finlandés Mika Hakkinen, el otro corredor de la escudería, rodaron en Estoril y Silverstone, respectivamente.
Senna quedó impresionado con el coche y su motor V12. De hecho afirmó que estaba dispuesto a renovar su contrato con McLaren si usaban la planta motriz de Lamborghini. “Es un motor bueno. Quizás necesite un poco de potencia y no sea demasiado sofisticado, pero seguro que la temporada que viene será mejor”, comentó ilusionado el tricampeón. Según crónicas de la época el V12 de Lamborghini erogaba 740 CV, solo 20 menos que el V10 de Renault.
Senna fue un segundo más rápido con el McLambo que con el McLaren-Ford en la pista portuguesa. Hakkinen, en tanto, bajó en un segundo y medio el tiempo que había establecido en el trazado inglés. De todas formas, no todas habían fueron rosas: en las pruebas del nórdico el motor fue tan exigido que explotó.
A pesar de las expectativas generadas por el McLambo, Dennis decidió cancelar el proyecto. Según algunas versiones, el británico no estaba dispuesto a compartir la atención de los medios con Lamborghini, mientras que otras fuentes sugieren que los altos costos y el riesgo de un motor no probado jugaron un papel clave en su decisión.
Lo cierto es que Dennis mantenía en secreto negociaciones con Peugeot, que estaba dispuesta a adaptar un antiguo motor del Mundial de Resistencia para utilizarlo en la F.1.
Como las charlas con los franceses estaban a punto de cerrarse mientras se realizaban los tests con Lamborghini, Dennis boicoteó las pruebas: ordenó que el McLambo corriese tanto Estoril y Silverstone con el tanque de combustible lleno sin informarle de este dato a los pilotos.
Pese a todo, Senna se había encargado de demostrar el potencial de la asociación entre McLaren y Lamborghini. Tanto era su entusiasmo que le pidió a Dennis que usaran ese motor en los GP’s de Japón y Australia y que utilizaran esas carreras como parte de su desarrollo de cara a la siguiente temporada. Pero la historia fue muy diferente.
McLaren puso en sus autos el motor de Peugeot, aunque la relación duró solo ese año (en 1995 comenzó su alianza con Mercedes-Benz). Lamborghini le bajó el pulgar a su proyecto en la F.1. Mientras que Senna se fue a Williams y encontró la muerte con un de sus autos en su tercera carrera con el equipo…