El miércoles 14 de marzo de 2012 el corazón de los fanáticos argentinos de la Fórmula 1 se detuvo por unos segundos. Durante una ceremonia en que se reconocía a los pilotos argentinos que habían participado del rally Dakar la entonces presidenta Cristina Kirchner aseguró que el Gran Premio de Argentina iba a volver al calendario de la Máxima en 2013.
“Lograr que la Argentina sea sede de la Fórmula 1 es una cosa que nos merecemos los argentinos, para mostrar las cosas que tenemos… Para nosotros esto será muy importante porque después del fútbol, el automovilismo es el segundo deporte preferido de los argentinos”, sostuvo la mandataria antes de asegurar que desde hacía cuatro años se venía trabajando en el proyecto.
El escenario elegido para este regreso fue Mar del Plata, en la que se iba a emplazar un circuito urbano de primer nivel en la zona de Playa Grande. Desde el gobierno pensaban que organizar la carrera en un callejero, en lugar del Autódromo de Buenos Aires, era mejor para promocionar el país…
La pista hasta estaba diseñada. El proyecto lo había encabezado Hermann Tilke, el arquitecto de confianza de Bernie Ecclestone, que por aquel momento era el “1” del Mundial. El germano y su gente estuvieron en la Perla del Atlántico a principios de 2009 para analizar diferentes posibilidades. Aquella visita no pasó desapercibida, al punto que desde el gobierno nacional y provincial salieron a confirmar que se trabajaba para el regreso de la categoría.
“Es verdad, queremos traer la Fórmula 1”, confesó Sergio Massa, por entonces Jefe de Gabinete. Más detalles aportó Daniel Scioli, gobernador de Buenos Aires: “Se analizan distintas posibilidades para que Mar del Plata pueda tener la F.1, pero debemos ser cuidadosos y respetuosos. Todo esto cuadra en el marco de convertir a Mar del Plata en epicentro de grandes acontecimientos, como fue la Copa Davis, la Cumbre de Alcaldes, la elección de Miss Argentina, y tantos otros”.
El tiempo pasó y no se conocieron más avances sobre el tema, algo que supuso que el proyecto había sido archivado. Sin embargo, el gobierno había decidido seguir con las tratativas en absoluto secreto. Eso incluyó varias reuniones con el mismísimo Ecclestone, quien estaba entusiasmado con la posibilidad.
Tras el anuncio presidencial confirmando la vuelta se conocieron más detalles del escenario elegido, bautizado como Circuito Callejero del Atlántico. Medía 5.000 metros y constaba de 18 curvas. El tiempo de vuelta estaba estimado en un minuto y medio y la velocidad promedio cercana a los 193 km/h. Los F.1 iban a superar los 320 km/h al final de la recta principal de 900 metros, ubicada en la escollera norte con dirección hacia el mar. Tendría tribunas con capacidad para 80.000 espectadores.
La nueva etapa del Gran Premio de la Argentina se iba a extender de 2013 a 2015. El costo por cada edición iba ser de unos 40 millones de dólares. La mitad la iba a aportar el Estado y el resto la empresa Time for Fun, que venía de organizar el Quilmes Rock y el Personal Fest. Mientras que las obras del circuito las iban a solventar la Provincia y el municipio de General Pueyrredón. Hasta había fecha: algún fin de semana de noviembre o diciembre para aprovechar la visita de la F.1 para el GP de Brasil.
Con el anuncio de Cristina Fernández de Kirchner se inició una cuenta regresiva que los fans locales de la F.1 siguieron con atención hasta que la realidad chocó con el sueño. Motivos económicos y políticos hicieron que todo quedara en la nada, tristemente, una vez más… Las tratativas las dio por finalizadas el propio Ecclestone que, con su particular estilo, disparó: “Habrá Gran Premio de la Argentina cuando tratemos con gente seria”.