Cuando se habla sobre Colin Chapman siempre se hace referencia a los adelantos tecnológicos que caracterizaban a sus autos de Fórmula 1. Del ingenio del dueño de Lotus nacieron el monocasco, los alerones, el efecto suelo y la suspensión activa, por nombrar algunos desarrollos que marcaron una época. Pero esas innovaciones no fueron el único legado del inglés a la Máxima.
A fines de la década de 1960, Chapman se dio cuenta que el automovilismo también podía ser una buena herramienta de marketing cuando Imperial Tobacco, una tabacalera originaria de Bristol fundada en 1901, le propuso tener presencia en sus autos con uno de sus productos, la marca de cigarrillos Gold Leaf.
El convenio se estrenó a principios de 1968 en la Serie Tasmania, un torneo con autos de F.1 que se desarrollaba en Australia y Nueva Zelanda entre enero y marzo. El trato con Imperial Tobacco era tan bueno que el dueño de Lotus debió ingeniárselas para dejar conforme a su nuevo socio comercial. Y vaya que lo logró…
El cambio no fue algo sencillo de conseguir ya que el Real Automóvil Club (RAC) de Gran Bretaña tenía estrictas normas relacionadas al patrocinio que debían respetar los constructores británicos en las competencias internacionales. Solo tenían asignado un espacio de 26 pulgadas cuadradas (167 cm2) para poner a todos sus sponsors.
Ese lugar, generalmente, lo ocupaban los “patrocinadores comerciales”, como Shell, BP, Esso, Avon, Dunlop, Goodyear, Firestone, Lucas, Morelli, por citar algunos.
Ateniéndose a la medida que exigía el RAC, Chapman usó 13 pulgadas cuadradas en cada lado de los autos para poner allí la denominación con la que había decidido inscribir a su equipo para aquel campeonato: Gold Leaf Team Lotus.
En medio de los dos nombres, además, se colocó la imagen del marinero con la leyenda “Player’s navy cut” que se incluía en el paquete de cigarrillos; aunque en ciertas ocasiones esa imagen se reemplazó con la Union Jack.
Pero eso no fue todo. Chapman también cambió el color verde y amarillo que caracterizaba a sus vehículos por una combinación cromática que incluía al rojo, el blanco y el dorado, tal como el paquete de cigarrillos de la marca de Imperial Tobacco…
Con la nueva librea, que tuvo un gran impacto en el ambiente, la escudería de Chapman se quedó con el cetro en la Serie Tasmania de la mano de Jim Clark, que ganó cuatro de las ocho competencias disputadas.
En la Fórmula 1 los Lotus patrocinados por Gold Leaf se vieron a partir de la segunda fecha del campeonato de 1968, el Gran Premio de España en el circuito de Jarama.
Chapman solo presentó un Lotus 49 para Graham Hill, aunque también había anotado otro para Jackie Oliver en reemplazo de Clark, quien había fallecido un mes antes en una carrera de Fórmula 2 en Hockenheim (Alemania).
El Gold Leaf Team Lotus tuvo un gran primer año en la Máxima ya que Hill logró la corona con una campaña que incluyó tres triunfos y tres segundos puestos. Además, el equipo se quedó con la Copa de Constructores.
Para la década del ‘70 casi todas las escuderías vendían espacios para publicidad y muchas de ellas siguieron el ejemplo de Chapman, estableciendo contratos a largo plazo con tabacaleras para así despreocuparse por el presupuesto de cada temporada.
Después de tres años y medio usando Gold Leaf en Lotus, Imperial Tobacco decidió promocionar otra de sus marcas: John Player Special. Fue así que a partir de 1972 el equipo se inscribió como John Player Team Lotus; mientras que la decoración de los autos cambió a negra y dorado.
Este acuerdo se extendió hasta 1986, con excepción de 1979 cuando el team británico tuvo como patrocinador principal a Martini y 1980 cuando sucedió lo propio con Essex.
Sin dudas, el trato que hizo Colin Chapman con Imperial Tobacco cambió a la Fórmula 1 para siempre y la convirtió en un auténtico escaparate para marcas de diferentes rubros, desde tabacaleras, hasta petroleras o incluso tecnológicas como en la actualidad.