El casco, además de ser un elemento de seguridad en el deporte motor, es una pieza que los pilotos utilizan para distinguirse. Algunos optan por lucir los colores de sus países; mientras que otros eligen diseños más elaborados y personalizados.
En el Gran Premio de Portugal de Fórmula 1 de 1995, la 13ª fecha del torneo de aquel año, Gerhard Berger utilizó uno con una leyenda que en la actualidad toma relevancia: “No war in the World” (Ninguna guerra en el mundo).
Berger, entonces pilotos del equipo Ferrari, decidió dejar de lado su habitual casco con la bandera de Austria para emplear uno creado por niños a través de una iniciativa de su club de fans.
La propuesta ganadora contaba con la bandera de varios países -la del suyo más destacado en la parte superior-y aquella leyenda que pedía por la paz en la parte posterior, con letras amarillas sobre un fondo negro.
El singular casco llamó muchísimo la atención aquel fin de semana de Estoril. No solo por el mensaje, sino porque no era habitual que un piloto cambie su diseño, algo muy común en la actualidad.
El mismo mundo que hoy se conmueve por la invasión de Rusia a Ucrania, en aquel entonces seguía muy atento la guerra de Bosnia, un conflicto internacional que se desarrolló en la actual Bosnia y Herzegovina del 6 de abril de 1992 al 14 de diciembre de 1995.
Fue causada por una compleja combinación de factores políticos y religiosos como la exaltación nacionalista, crisis políticas, sociales y de seguridad que siguieron al final de la Guerra Fría y a la caída del comunismo en la antigua Yugoslavia.
De aquel conflicto aún se recuerda el sitio de Sarajevo, el asedio más prolongado a una ciudad en la historia de la guerra moderna que duró 1.425 días (del 5/4/1992 al 29/2/1996). Allí murieron 12.000 personas y otras 50.000 resultaron heridas. Se estima que el 85% de las bajas fueron civiles…