A punto de cumplir 39 años, con diez en la Fórmula 1 y 132 carreras disputadas en la categoría, Carlos Alberto Reutemann le ponía picante al inicio de la temporada de 1981 de la Máxima con su triunfo en el Gran Premio de Brasil disputado en Jacapepagua. Ese éxito, el penúltimo de su campaña deportiva, aún es recordado por su “desobediencia” al no seguir la indicación del equipo Williams que le solicitaba desde boxes, y por medio de un cartel, que tenía que dejarse superar por su compañero, el campeón australiano Alan Jones.
La carrera en la pista brasileña, la segunda del torneo tras el GP de Estados Unidos del Oeste que ganó Jones seguido por Reutemann, se disputó bajo una intensa lluvia que originó muchísimos accidentes por la pérdida del control de los monoplazas por parte de los pilotos.
El primero de ellos, justo en la salida, tuvo como protagonistas al estadounidense Mario Andretti (Alfa Romeo), al francés René Arnaux (Renault) y al brasileño Chico Serra (Fittipaldi). Los tres coches colisionaron entre sí y el que se llevó la peor parte fue Andretti, que sufrió ciertas quemaduras que motivaron su traslado a un hospital.
Mientras el estado del circuito, completamente inundado, y la cortina de agua que levantan los monoplazas aumentaban la dificultad para la casi totalidad de pilotos, Reutemann, instalado en la cabeza desde que el semáforo encendió la luz verde, incrementaba su ventaja sobre el resto.
Por detrás, sólo Jones era capaz de seguirle el ritmo de forma constante. Su desventaja con su coequipier nunca fue muy grande, mientras que tras él el vacío estaba hecho. El italiano Ricardo Patrese (Arrows) rodaba a más de un minuto de distancia por lo que no era un problema para la pareja de Williams.
Ante tal situación, al afrontar las últimas vueltas, desde el box de Williams se le advirtió a Reutemann que debería dejar pasar a Jones. Este, a su vez, no quiso esforzarse al máximo, consciente de que el argentino le dejaría pasar y de que un duelo entre ambos podría tener consecuencias negativas para ambos.
Sin embargo, Reutemann no cedió el paso y cruzó la meta en primer lugar. El santafesino dijo después que no había visto bien las indicaciones, quizá por culpa de la lluvia…
-¿Cómo fue la carrera?
-Durísima. Anduve a fondo todo el tiempo. El auto anduvo a la perfección.
-¿Sabías que Jones estuvo cerca?
-No, a Jones no lo vi nunca.
-¿Viste los carteles indicándote que Jones debía ser el ganador?
-No, no vi nada.
-¿En serio? Eso parece difícil de creer…
-No vi absolutamente nada… Tenía empañado el visor.
-¿La presión que tenías atrás te molesto en algún momento?
-No, para nada. Sé que Jones se me acercó cuando me encontré con Keke Rosberg adelante. Fue un verdadero calvario pasarlo. Pero después me escapé. Tenía bastante controlada la situación.
Obviamente, ni Jones ni Frank Williams, propietario y director del equipo, aceptaron las explicaciones…
El tiempo les dio la razón a aquellos que pensaban que ese acto rebelde de Reutemann -pese a que él afirmaba no haber visto el cartel- complicaría su relación con el team inglés. Algo que quedó expuesto con ciertas decisiones que tomó luego la escuadra en momentos claves del año, como cuando decidió cambiar de proveedor de neumáticos (de Michelin pasó a usar Goodyear)…
Casualidades o no lo cierto es que Reutemann llegó a la última carrera de certamen de 1981, el Gran Premio de Estados Unidos del Este en Las Vegas, con opciones de consagrarse campeón, pero su auto no estuvo a la altura de la definición.
“En Las Vegas el trato era imposible hacia mí. No me preguntaban nada, no parecía interesarles nada de lo que yo pudiera decir. La sensación que me daba es que todo el equipo estaba haciendo lo imposible por tratar de convencer a Jones de que no se retire y que siga corriendo para ellos, y del campeonato actual ni se preocupaban. Para mí, era algo verdaderamente irritante. Máxime teniendo en cuenta que había hecho la pole position. Increíble”, contó Lole meses después de perder la corona, que quedó para el brasileño Nelson Piquet (Brabham) por un punto de ventaja.
Varios años después del incidente ocurrido en el GP de Brasil de 1981, el propio Frank Williams le contó a la revista CORSA cómo vivió ese episodio: “El plan desde principio de año era que Alan tuviese la oportunidad de ganar el campeonato. No había un contrato entre el equipo y sus dos pilotos, pero estaba asumido que Carlos tenía que ayudar a Alan a ganar el título nuevamente. En aquella carrera de Brasil, Carlos tomó la delantera y se negó a cambiar de lugar con Alan. Al público brasileño no le gustó la situación y en la Argentina la gente detestó las órdenes que dio el equipo”. NO HABÍA CONTRATO, PERO…
Carlos Reutemann siempre aseguró que el cambio de proveedor de neumático en medio de la temporada fue una de las situaciones que jamás logró entender. “La decisión estratégica de Williams que hace que yo pierda el campeonato es cuando el equipo deja de usar Michelin y se pasa a Goodyear. Esa decisión fue muy equivocada y hasta me queda la duda -la seria duda- si no hubo otra cosa detrás porque Brabham, que también usaba las Michelin, se adaptó rápido a las gomas norteamericanas”, recordó en su momento el santafesino. “Mientras tuvimos Michelin éramos los más rápidos. Había miles de razones para eso, pero esencialmente porque el auto andaba mejor con las Michelin. Yo con las gomas francesas sumé como cuarenta puntos y con las Goodyear cinco o seis… Ese fue el eje de la cuestión, amén de un tema interno que se había vuelto tenso…”, admitió. DE MICHELIN A GOODYEAR: UN CAMBIO INNECESARIO