La notificación de Whatsapp sonó como un disparo. No era uno de esos mensajes que te despiertan para recordarte la deuda del banco o que tu viejo amigo sigue borracho en algún bar del conurbano. No. Era por algo impensado, algo que nadie tenía en los planes, al menos para este año… Williams echaba a Logan Sargeant y Franco Colapinto, el pibe de 21 años con un presupuesto tambaleante para seguir en la Fórmula 2, era convocado para tomar el lugar del estadounidense y debutar en la Fórmula 1 en el Gran Premio de Italia. Todo esto con apenas dos pruebas reales a bordo de un F.1 y miles de horas desgastando las yemas en el simulador del equipo inglés.
Parece el argumento de una película barata de Hollywood, pero en la Argentina cualquier historia de éxito tiene un prólogo de penurias y sacrificio. Así llegamos al 1 de septiembre de 2024, cuando Colapinto se subió al FW46 y largó su primer Gran Premio en Monza, el templo de la velocidad. Se lanzó a la pista como si el destino le estuviera tirando la última soga antes del abismo. Un ritmo endiablado, una ejecución quirúrgica. Llegó exhausto, pero entero, para romper con una racha de 23 años sin un argentino en la Máxima.
Y lo que siguió después fue parte de ese argumento impensado. Lo vimos en Azerbaiyán entrar en los puntos en su segunda carrera. Y así la estadística se actualizó: 42 años habían pasado desde que un argentino, el enorme Carlos Reutemann, lograra puntuar por última vez.
Los periodistas ingleses apenas podían deletrear su apellido, los comentaristas italianos lo mencionaban con entusiasmo desbordado por sus raíces itálicas. Mientra que en Argentina su desempeño tomó a todos por sorpresa y de un día para el otro, Colapinto se convirtió en una estrella. Y esto apenas empezaba.
Singapur fue puro salvajismo. La largada que hizo en el circuito urbano fue de locura: de esas que te levantan de la silla y te hacen escupir el mate. Pero fue Austin donde este pibe nos obligó a pellizcarnos. Adelantar a Fernando Alonso, un doble campeón del mundo, no es un paseo por los bosques de Palermo. Y si eso fuera poco no le tembló el pie para acelerar en los pits de Qatar y pasar a Checo Pérez, el mismo que destacó su talento en plena competencia cuando le tocó luchar por una posición. En el medio esa superación a Lewis Hamilton en Interlagos en una carrera que no terminó bien…
Con Colapinto en la Fórmula 1, Argentina entró en combustión. Las mesas de los domingos se llenaron de charlas sobre el alerón trasero de Williams, del DRS y de si Franco iba a correr en 2025 pese a las pocas butacas disponibles. Hasta las abuelas buscaban sus carreras por YouTube. Y las redes sociales se llenaron de contenido sobre el chico de Pilar de la sonrisa eterna.
En Brasil, más de 30.000 argentinos invadieron las tribunas de Interlagos como una marabunta de fervor, gritos y pasión. No fueron sólo brasileros quienes vieron ese espectáculo; fue el mundo entero. Nos volvimos la hinchada más fiel y más ruidosa del paddock al nivel de los tifosi de Ferrari o la Orange Army de Max Verstappen.
Pero no todo fue gloria. Bajo la lluvia de San Pablo, la pesadilla del abandono nos partió el corazón. Y cuando en Las Vegas, con las luces brillando y récord de la pista en los primeros sectores hacían presagiar su pase a la Q3, un golpe de 50 G contra el guard-rail nos devolvió a la cruel realidad. La Fórmula 1 no perdona.
Pero en este breve, pero intenso viaje en la F.1, Colapinto jamás cambió su esencia, esa que sedujo a todo el mundo. En cada circuito llamó la atención con una frescura inusual, como si la presión nunca lo tocara. Respuestas ingeniosas a los medios, un mate compartido con los fans y Alex Albon, su compañero de equipo, y su sonrisa intacta quedarán en la memoria de aquellos que vivieron su llegada la F.1 como si se tratase de un éxito propio.
Ese carisma fue la pólvora. Las empresas argentinas, incluso las que jamás habían puesto un peso en automovilismo, decidieron apoyarlo en masa con Globant, Mercado Libre, Uber, BigBox al tope de la lista. Sin olvidarnos de Bizarrap, gran responsable de que este sueño se hiciera realidad.
Ahora, mientras escribo esto, los 98 días se sienten como un sueño. Nadie sabe qué pasará en 2025. ¿Volverá con Williams como titular o terminará el año como piloto de reserva a la espera de otra oportunidad? ¿Terminará como piloto de Racing Bulls o Alpine? Los rumores vuelan, pero la verdad es esta: Colapinto nos devolvió algo que creíamos perdido. La alegría de ver un argentino entre los mejores del mundo.
Como una estrella fugaz en una noche de verano, Franco apareció, nos deslumbró y nos hizo gritar de felicidad y de sufrimiento. Ojalá lo que sigue sea igual de hermoso, porque en estos 98 días nos recordó lo que es soñar con los ojos bien abiertos.
LA CAMPAÑA DE FRANCO COLAPINTO EN FÓRMULA 1
GRAN PREMIO | CIRCUITO | SPRINT | CARRERA |
Italia | Monza | – | 18/12 |
Azerbaiyán | Baku | – | 8/8 |
Singapur | Marina Bay | – | 12/11 |
Estados Unidos | Austin | 10/12 | 15/10 |
México | Hnos. Rodríguez | – | 16/12 |
San Pablo | Interlagos | 14/12 | 16/Ab. |
Las Vegas | Las Vegas | – | 20/14 |
Qatar | Losail | PL/18 | 19/Ab. |
Abu Dhabi | Yas Marina | – | 20/Ab. |