La Fórmula 1 estuvo a 48 horas de tener un segundo equipo estadounidense en la grilla de partida, además de Haas. Así lo admitió Michael Andretti, que aseguró que las tratativas para comprar Sauber, que actualmente regentea Alfa Romeo Racing, se trabaron cuando las partes estaban a dos días de firmar el contrato.
“Fue realmente decepcionante que el trato no salió bien. Estuvimos, literalmente, a 48 horas de cerrarlo”, explicó el ex piloto yanqui, que tuvo un efímero paso por la F.1 en los ’90, a MotorsportWeek.
Las negociaciones para comprarle la mayoría del paquete accionario al grupo inversor Longbow Finance se complicaron cuando las partes intentaban llegar a un acuerdo sobre quién tendría el control de las operaciones del equipo.
Pese a la frustración que siente por no haber cumplido su objetivo, Andretti dejó en claro que intentará nuevamente entrar en la F.1 en algún momento. “Las oportunidades son cada vez menos, los equipos no están realmente a la venta en este momento. Tenemos que ver qué pasa en el futuro, pero todavía hay interés”, aseguró.
“Me encanta la Fórmula 1… Para nuestra marca sería algo enorme porque simplemente nos llevaría al nivel más alto en el que se puede estar. Veremos qué pasa, pero no me voy a dar por vencido”, insistió el propietario de Andretti Autosport, que participa en IndyCar, Fórmula E y Extreme E, entre otras disciplinas.
Michael Andretti siguió los pasos de su padre Mario Andretti, campeón de F.1 en 1978; y en 1993 corrió en la F.1 con McLaren, donde tuvo como coequipier al brasileño Ayrton Senna. Pese a que había llegado con muy buenos pergaminos del CART, fue campeón en 1991 y subcampeón en 1992; no tuvo un gran desempeño.
Disputó trece carreras y en las tres primeras abandonó por choques. Su mejor resultado lo consiguió en el Gran Premio de Italia con un tercer puesto. Sin embargo, esa fue su última competencia en el Mundial. Ron Dennis, responsable del team de Woking, cansado de su pobre performance lo reemplazó por el finlandés Mika Hakkinen.