En un giro decisivo, Christian Horner, director del equipo Red Bull, ha sido absuelto de las acusaciones de comportamiento inapropiado por parte de una colega femenina. La matriz de Red Bull en Austria ha declarado que la investigación fue “justa, rigurosa e imparcial”, disipando así las dudas que envolvían el futuro de Horner.
La empresa con sede en Salzburgo, Red Bull GmBH, designó a un abogado especialista externo para indagar las acusaciones. A pesar de que el informe concluyó que el agravio fue desestimado, se destacó que la demandante tiene derecho a apelar. La confidencialidad del informe, que contiene información privada de las partes involucradas, impide su divulgación pública.
LA PALABRA OFICIAL DE RED BULL
“La investigación independiente sobre las acusaciones presentadas contra el Sr. Horner se ha completado, y Red Bull puede confirmar que la queja ha sido desestimada. El denunciante tiene derecho a apelar”, explicó la compañía
“Red Bull confía en que la investigación ha sido justa, rigurosa e imparcial. El informe de la investigación es confidencial y contiene información privada de las partes y de terceros que colaboraron en la investigación, por lo que no haremos más comentarios por respeto a todos los implicados. Red Bull seguirá esforzándose por cumplir las normas más estrictas en el lugar de trabajo”, culminó.
Aunque la decisión cierra el capítulo para Red Bull, se desconoce si la demandante presentará una apelación. Además, persiste la incertidumbre sobre la posición de los patrocinadores clave de Red Bull, como Oracle, Ford, Visa y TAG-Heuer.
En una carta filtrada la semana pasada, el CEO de Ford, Jim Farley, expresó frustración por la falta de transparencia y valores “no negociables”. Instó a una “resolución en la que todos podamos respaldar”.
Mientras que figuras prominentes del paddock como Toto Wolff de Mercedes y Zak Brown de McLaren han exigido “transparencia” en el caso.
La incertidumbre sobre el futuro de Horner surgió cuando Red Bull Austria abrió una investigación tras las acusaciones de una empleada anónima. Inicialmente descritas como “controladoras” y “coercitivas”, las acusaciones llevaron a la designación de un abogado externo para la investigación.