Ford Argentina celebró los 60 años del mítico Mustang con un evento colosal realizado en el autódromo de Buenos Ares. Más de 500 invitados asistieron a un festejo donde este icónico modelo fue homenajeado como lo que realmente es: un pedazo de historia viva.
Desde su primera aparición en la Feria Mundial de Nueva York en 1964, el Mustang se ha transformado en un emblema pop, rompiendo esquemas y cautivando generaciones enteras. No solo estableció un nuevo segmento de autos accesibles y deportivos para un público joven y sediento de estilo, sino que además se volvió una pieza indiscutible de la cultura americana.
El Mustang es un ícono que ha logrado mantenerse relevante en la escena mundial, protagonizando clásicos del cine como Bullit (1968) y Diamonds are Forever (1971). Esa mística estuvo viva y al rojo vivo en cada rincón del autódromo porteño.
Lo vivido en el Gálvez fue un festín visual y nostálgico. Mustang de todas las épocas, desde los modelos de los años 60 hasta los contemporáneos, se alineaban como leyendas de acero y potencia. Cada uno de ellos contaba su propia historia, representando una época y una evolución.
Estaban los clásicos originales con sus líneas elegantes y espíritu rebelde; los icónicos Fastbacks que adornaron tantos pósters de adolescentes, y los muscle cars de los ‘70 que emanaban una crudeza que pocas veces se ha replicado. Cada modelo tenía algo que decir, una historia que recordar, un rugido que resonaba en los corazones de los fanáticos.
Y allí, en el centro de la pista, bajo la luz dorada de la tarde que se escapaba, se encontraba la estrella de la noche: el Mustang de séptima generación. Un vehículo que combina tecnología moderna con la rudeza del original, lista para continuar el linaje de potencia y libertad que Ford instauró hace 60 años.
Los afortunados invitados tuvieron la oportunidad de probar la potencia del motor Coyote 5.0 V8 de 492 CV y 556 Nm de torque. Bajo la conducción de pilotos expertos, la experiencia desató gritos y aplausos al ritmo de la velocidad.
Pero el evento no fue solo autos y motores. Ford Argentina organizó una auténtica celebración al estilo Mustang, donde el arte y la cultura urbana se mezclaron para crear una atmósfera digna de este caballo de leyenda.
La gente podía tatuarse, cambiar de look en una peluquería vintage, y hasta personalizar ropa de la marca Herencia. Los simuladores de manejo sumaron una dosis de adrenalina extra, permitiendo a los asistentes sentir el poder del Mustang en su máxima expresión, pero sin salir del autódromo.
También hubo artistas plásticos que intervinieron el famoso emblema del Mustang, reinterpretando la icónica imagen del caballo galopante. Café San Juan, con su estilo de alta cocina callejera, llenó el ambiente de aromas que combinaban a la perfección con el sonido de los motores.
Para cerrar, la mítica banda de rock La Pelotas ofreció un recital explosivo en el que Fernando Ruiz Díaz, cantante de Vanthra y Catupecu Machu, también sumó su voz, dándole a la noche un cierre épico a todo volumen.
El Mustang no es solo un auto, es una cultura en sí misma. Ver los modelos antiguos junto a la moderna séptima generación es un recordatorio de cómo el Mustang se ha reinventado una y otra vez, nunca perdiendo su esencia. Es un automóvil que ha sido testigo de los cambios del mundo, pero que sigue siendo símbolo de rebeldía y libertad.
EL FESTEJO DE FORD MUSTANG POR SUS 60 AÑOS EN FOTOS