“El Salón de Turín bajo el signo del optimismo”. Corría 1966 y títulos de este tipo acompañaban la 48ª edición del evento que se celebró en el Palazzo delle Esposizioni. El Salón del Automóvil acogía al visitante con una inigualable exhibición de luces y colores. Desempeñaba un papel fundamental la pintura brillante de los automóviles que reflejaba sin cesar el resplandor de miles de luces de neón: son los años sesenta y una ola de euforia se extendía por todo el país.
El endurecimiento de la política monetaria del bienio 64 – 65 se estaba relajando y en 1966 la producción de vehículos en Italia aumentó en un 8 %. Por otra parte, desde el comienzo de la década, se habían gastado más de 650.000 millones de liras en renovar y desarrollar las fábricas, con el fin de satisfacer una demanda que crecía año tras año.
Además de generar trabajo, el automóvil era el principal indicador del bienestar de un país y de su grado de civilización. El deseo de poseer un automóvil era cada vez más común y legítimo, mientras permanecía, al mismo tiempo, una cierta mentalidad conservadora que lo veía como un lujo efímero. Este último concepto resultó ser erróneo: hoy podemos afirmar razonablemente que el automóvil contribuyó a unir Italia acortando las distancias, favoreciendo los desplazamientos, ayudando a las personas a conocerse y a comprenderse. Un medio de transporte que también pudo haberse visto como un accesorio, pero que casi siempre fue una herramienta de trabajo, una tarjeta de visita y un trampolín para las ambiciones.
Entre los 515 expositores de 13 países diferentes, el stand de Fiat destacaba en el segundo pabellón por su amplitud: una oferta muy amplia, capaz de adaptarse a los gustos y a las necesidades más diversas, que en el Salón de Turín de 1966 se enriqueció aún más con tres nuevos modelos. El público pudo admirar el Fiat Dino, cuya producción se estaba iniciando en aquellos momentos, y los modelos que completaban la gama del 124. Un vehículo innovador, que mostraba un estilo original, un nuevo concepto de espacio, una técnica sofisticada y una seguridad cada vez más evolucionada. El Fiat 124 fue el resultado del compromiso de Fiat para que el uso de un automóvil veloz, capaz de transportar cinco personas y su equipaje con gran comodidad, fuera algo asequible para muchas personas.
En el Salón se presentó el Fiat 124 Familiar, pero en aquella muestra se destacó el Fiat 124 Sport Spider. Este modelo representaba la mejor evolución Fiat en el segmento de los vehículos descapotables de altas prestaciones pero asequibles, que la marca lideraba desde el final de la Segunda Guerra Mundial con el 1100 Spider de 1954, el 1200 y el 1500 de doble árbol de 1958, el 1500 S y el 1600 S de 1961.
Con el 124 Sport Spider, Fiat se dirigía hacia un automovilista que buscaba prestaciones brillantes a un precio razonable: un automóvil deportivo y con una amplia difusión. La prensa de la época lo calificó como un auténtico “acontecimiento moderno” y no como un simple automóvil. Era moderno porque la necesidad de movilidad se satisfacía con un producto que lograba entusiasmar aun manteniendo un precio razonable, combinado con un estilo convincente y personal, prestaciones emocionantes y soluciones técnicas innovadoras, particularmente en el campo de la mecánica.
El 124 Sport Spider era la evolución del 124 berlina, pero también fue un auténtico automóvil deportivo del que todo el mundo pronto se enamoró. Fiat eligió para este automóvil el diseño de Pininfarina, colaborador histórico del fabricante de Turín y nombre importante y respetado en todo el sector internacional del automóvil.
El modelo reinterpretaba gran parte de la mecánica del Fiat 124 berlina, pero se diseñó desde el principio con algunas características marcadamente deportivas. La marca Pininfarina aseguraba la elegancia del diseño y de los interiores y, en conjunto, el 124 Sport Spider se distinguía por la alta calidad general de los acabados, de los accesorios y de los colores.
El vehículo medía 3,97 m de largo y la línea exterior resultaba moderna, sobria y bien proporcionada. La mirada seguía la vista lateral realzada por la forma del guardabarros trasero que se unía, bajando ligeramente, al delantero. El frontal era compacto y plano, aligerado por el hueco donde se alojaban los dos faros delanteros ligeramente retraídos.
La toma de aire presentaba una forma hexagonal original, mientras que el parachoques era envolvente y sin aristas. La parte trasera se caracterizaba por dos aletas ligeramente inclinadas hacia arriba, formando una línea cóncava que se conectaba al perfil del maletero. Así pues, tenía el estilo y las proporciones más atractivas de su época: un automóvil bello entre el encanto de aquella época, que en el stand Fiat de ese noviembre de 1966 estaba representado por Miss Italia y Miss Sonrisa, y por la actriz Marisa Solinas.
La capota tenía una luneta de vinilite y también incluía dos cristales laterales que se retraían cuando se abría la capota. La amplia superficie acristalada garantizaba visibilidad en cualquier dirección. Los resultados aerodinámicos permitían un vehículo apto para altas velocidades y, al mismo tiempo, un vehículo ágil en el tráfico urbano. El corte de las ventanillas y del parabrisas, los detalles de las manijas, de los faros, de las luces, los asientos y los colores, se caracterizaban por la búsqueda de la utilidad y la elegancia. Para la carrocería se habían diseñado cuidadosamente los interiores con asientos anatómicos, acabados en madera y un panel de instrumentos muy completo con velocímetro, manómetro eléctrico de aceite, termostato de agua y cuentarrevoluciones electrónico.
Manteniendo la misma tracción trasera, la versión Spider estaba fuertemente connotada por el motor 124AC.000, un cuatro cilindros en línea con diámetro y carrera de 80 y 71,5 mm respectivamente, con una cilindrada de 1438 cm3. Un motor realmente brillante, gracias también a la culata de doble árbol de levas y válvulas en V, desarrollaba una potencia de 90 CV a 6500 rpm y alcanzaba una velocidad máxima de 170 km/h.
El carburador era vertical de doble cuerpo y un sistema de doble filtrado del aceite garantizaba una mejor lubricación y una mayor duración. Otras características situaron al modelo entre los automóviles deportivos de gama alta: cambio de cinco velocidades de serie, neumáticos radiales y volante de dos radios de tipo deportivo. Este último estaba conectado a una caja de dirección con una columna en dos piezas, unidas por juntas universales, que garantizaban una alineación de marcha excelente.
La elegancia de las líneas, las buenas prestaciones del motor, la estabilidad y la seguridad del modelo, que derivaba de los cuatro frenos de disco, del servofreno de depresión y de la presencia de la barra Panhard transversal para una mejor disposición de las cargas en curva, aseguraron desde los primeros meses un buen éxito comercial de segmento y de imagen. El 124 Sport Spider costaba 1.550.000 liras, casi medio millón más que la versión berlina. Las llantas de aleación “Cromodora” y el techo rígido estaban disponibles por un precio extra de 65.000 liras.
El 124 Sport Spider tuvo diferentes versiones hasta 1983, cuando dejó de producirse. Hasta revolucionó el mercado estadounidense cuando ingresó en 1968. Los norteamericanos rápidamente se enamoraron de sus proporciones y del estilo marcadamente italiano del Spider, como así también de su capota que podía abrirse desde el asiento del conductor con gran rapidez y facilidad.
A modo de homenaje por sus 50 años, el Centro Stile Fiat creó una nueva versión Fiat 124 Spider que debutó en el Salón de Los Ángeles de 2015. Está inspirado en algunos detalles de su predecesor de 1966 y los reinterpreta en clave moderna. Tiene una silueta aerodinámica y atemporal, un bello lateral clásico de proporciones perfectas, un centro de gravedad bajo, un habitáculo desplazado hacia atrás y un capó largo, de auténtico automóvil deportivo.
Las referencias al modelo histórico también se encuentran en la parrilla superior y en el motivo de la calandra hexagonal, en las clásicas “jorobas” del capó delantero y en los marcados pilotos traseros horizontales. Del mismo modo, la rejilla hexagonal superior se inspira en la forma exclusiva de las tomas de aire delanteras del modelo histórico y el diseño rememora la estructura de panal de abeja de la rejilla deportiva del legendario 124 Spider.
La parte trasera se caracteriza por dos elementos: la sección de cola de milano de los guardabarros traseros y los pilotos de desarrollo horizontal, que rememoran las características de su antecesor. La forma de los guardabarros traseros, cuya superficie superior confluye sobre la tapa del maletero, otorga a la parte trasera del vehículo una característica forma en V. Los interiores se han diseñado y realizado para garantizar el máximo confort a los ocupantes, gracias a la utilización de materiales suaves de alta calidad. La ergonomía del vehículo se ha estudiado a fondo para mejorar la experiencia de conducción también a través de una disposición perfecta de pedales, volante y cambio.
El Fiat 124 Spider se equipa con el fiable motor de cuatro cilindros turbo MultiAir de 1,4 litros, que desarrolla 140 CV de potencia (103 kW) y 240 Nm de par máximo, disponible de inmediato, a 2250 rpm. El motor ha mantenido sus peculiaridades: cuatro cilindros en línea con culata de aluminio, diámetro de 72 mm y carrera de 84 mm, con una cilindrada total de 1368 cm3. El Fiat 124 Spider alcanza una velocidad máxima de 215 km/h y acelera de 0 a 100 en 7,5 segundos.
Al gran dinamismo del vehículo contribuyen la tracción trasera, una distribución del peso extremadamente equilibrada y un centro de gravedad bajo. El Fiat 124 Spider está disponible tanto con cambio manual de seis velocidades, con acoplamientos directos y fluidos, como con cambio automático, y cuenta con suspensiones y dirección diseñadas para una dinámica de conducción excelente. En el eje delantero, el nuevo 124 Spider utiliza un sofisticado esquema de suspensiones de cuadrilátero, mientras que en el eje trasero adopta una arquitectura multilink para un control total del vehículo en curva. Con la ayuda de una servodirección eléctrica dual pinion, la dirección es ligera y reactiva.
Como homenaje dentro del homenaje, en el Salón de París se admiró la nueva serie especial de edición limitada Fiat 124 Spider America, disponible en Italia con tan solo 124 unidades numeradas: celebra, mediante un equipamiento especial, su homónima versión que, en los años 80, conmemoró los cincuenta años de Pininfarina.
Como era de esperar, la serie especial recupera la carrocería exterior Bronce Magnético que recuerda ese modelo. Las tapas de los retrovisores son de color plateado y los interiores de piel tabaco. Como opcional, es posible equipar el nuevo Fiat 124 Spider America con llantas de aleación ligera de 17″ con un diseño histórico y portaequipajes trasero. Se trata de dos accesorios creados por Mopar que destacan la personalidad vintage del vehículo.
Por último, el Fiat 124 Spider America incluye en el interior una placa conmemorativa numerada (124 para el mercado italiano, disponible a finales de año) y un logo en la parrilla frontal. En esta versión ha debutado el cambio automático secuencial de seis velocidades, que podrá pedirse en Italia durante el primer trimestre de 2017.
[sam_pro id=”0_2″ codes=”true”]