El Racing Point RP20 fue uno de los vehículos más observados durante las primeras carreras de la temporada 2020 de la Fórmula 1 por sus semejanzas con el Mercedes W10 del año pasado. De hecho, tras una denuncia de Renault se la Federación Internacional del Automóvil realizó una investigación y confirmó que el vehículo en cuestión tenía tomas de frenos replicadas de la Flecha de Plata del año pasado.
Racing Point recibió una multa de 400.000 euros y la pérdida de 15 puntos en la Copa de Constructores. Pero para evitar que esto vuelva a suceder, la FIA decidió tomar cartas en el asunto.
Con el fin de evitar que se utilice ingeniería inversa para replicar las piezas creadas por otros vehículos que en realidad deben ser concebidas por cada escudería, el ente rector prohibió lo siguiente:
- El uso de fotografías o imágenes combinado con software que las convierta en puntos de enturbiamiento, curvas, superficies, o que permita que la geometría CAD se superponga o se extraiga de la fotografía o imagen.
- El uso de estereofotogrametría, cámaras 3D o cualquier técnica estereoscópica 3D.
- Cualquier forma de escaneo de superficie con o sin contacto.
- Cualquier técnica que proyecte puntos o curvas en una superficie para facilitar el proceso de ingeniería inversa.
- Si hay ocasiones en las que hay grandes similitudes entre los componentes listados en diferentes monoplazas, la FIA tiene derecho a investigar el asunto y pedirá a los equipos que prueben que el diseño se hizo de forma independiente.
La FIA aclara que su papel será “determinar si esta semejanza es el resultado de la ingeniería inversa o de un trabajo independiente legítimo”. No obstante, aclara que no objetará que los equipos puedan ser “influenciados por el diseño o el concepto de un diseño de un competidor”. Aunque establece que debería hacerlo, “usando información que debe estar potencialmente disponible para todos los competidores”.