La falta de protagonismo que Ferrari tiene en la Fórmula 1 y la necesidad de mantener en el más alto nivel a una de las marcas más valoradas en el mundo parece que ha motivado a los responsables de la firma italiana a pensar en nuevos desafíos deportivos. Hace un tiempo se dijo que miraban de reojo la posibilidad de participar en el IndyCar, pero ahora surge otra alternativa: correr en la clase mayor del Mundial de Resistencia.
El nuevo reglamento que tendrá el WEC para su división más importante, permitiendo autos de las clases LMDh (Le Mans Daytona híbrido) y LMH (Le Mans Hypercar), parece tentador para los de Maranello. De hecho, Antonello Coletta, director de actividades deportivas de la firma italiana, dijo que “las puertas están abiertas”.
“El interés por competir en la clase superior sigue ahí. Estamos analizando todas las oportunidades: tanto en LMDh y LMH”, aseguró Coletta a la revista inglesa Autosport.
“La pregunta más importante que debemos responder es si podemos tener un vínculo directo con un deportivo de serie. Tener nuestro propio chasis es una necesidad y veremos en el futuro si es posible tener un nuevo súper deportivo. Después del COVID-19 paramos todo porque teníamos otras prioridades, pero espero reiniciar las discusiones después de las 24 Horas de Le Mans”, explicó.
Si bien en un primer momento la nueva reglamentación se iba a estrenar en 2022, la pandemia de coronavirus provocaría que su implementación se retrase a 2023. Esto también les dará tiempo a los responsables del WEC, el IMSA y la propia Federación Internacional del Automóvil para encontrar la manera de equilibrar a los dos tipos de vehículos.
Es que mientras LMH incluirá súper deportivos de series híbridos producidos al menos con 20 ejemplares en dos años o prototipos con una carrocería con líneas que recuerden el estilo del constructor; la LMDh utilizará una plataforma común compartida por los constructores de chasis seleccionados para participar como Dallara, Ligier, Multimatic y Oreca.
Por lo pronto, esta categoría mayor combinada tiene solo un participante confirmado: Toyota, que está en pleno desarrollo de su propio hypercar. Aston Martin también se había comprometido, pero desistió ante su regreso a la Fórmula 1. En tanto que el proyecto de Peugeot está “en el aire” por la repentina decisión de Rebellion, que era su socio, de alejarse del WEC.