Cualquier esperanza que los tifosi tuviesen de ver este año a Ferrari celebrando en el escalón más alto del podio de una carrera de Fórmula 1 quedó dilapidada con el análisis que realizó Mattia Binotto, responsable de la Scuderia, sobre la actualidad del equipo italiano.
Aunque para el team-manager se trata de una “tormenta”, la palabra “crisis” es la que mejor encaja en este difícil momento de La Rossa. En el GP de Bélgica sus autos no pudieron llegar a la Q3 y en la carrera el alemán Sebastian Vettel y el monegasco Charles Leclerc parecieron hacer esfuerzos sobrehumanos para intentar no llegar últimos (terminaron 13° y 14°, respectivamente).
Con los desarrollos congelados para hacerle frente a las consecuencias de la pandemia de coronavirus, Binotto no cree que el team de Maranello se pueda recuperar. “Lo que está pasando es que tenemos un coche que ha perdido potencia… El año pasado el motor cubrió en parte los límites del chasis, pero este año ya no es así. Los límites de la chasis están emergiendo. El motor está congelado esta temporada, así que no hay nada que podamos hacer al respecto”, explicó.
En este contexto, afirmó que en Ferrari miran hacia el futuro. “Estamos preparando el motor para la próxima temporada y está progresando bien en el banco de pruebas”, explicó. Obviamente, también se trabaja para mejorar el chasis y para eso “debemos comprender las debilidades de hoy y asegurarnos de que las estamos solucionando”.
Consultado sobre el tiempo que podría a Ferrari recuperase de esta situación, Binotto tiró una frase un tanto preocupante: “Si miras hacia atrás en todos los ciclos ganadores siempre han pasado muchos años… No hay soluciones mágicas en la F.1. Se requiere paciencia y estabilidad”.