Desde que Ike Turner le escribió una canción a un Rocket 88 en 1951, el rock y los autos han mantenido una relación intrínseca que no conoce ni modelos, ni estilos musicales. Tal vez sea por eso que reflejaba el tema de Turner cuando habla de, “viajar con estilo y moverse todo el tiempo”. Fernando Ruiz Díaz, el frontman de Catupecu Machu y Vanthra, no es la excepción en esa regla que afirma que “todo rockero debe ser un apasionado por los fierros”. Él los disfruta muchísimo, aunque siente debilidad por uno solo: el Ford Mustang.
Ruiz Díaz junto al Sr. Flavio durante el lanzamiento del Ford Mustang 2020.Su vínculo con los autos nació mucho tiempo antes de que comenzara a rockearla… Todo empezó en los primeros años de la década de 1970 con ese Mercury que tenía su abuelo. “Estar arriba era algo impresionante. Yo era chico y si bien era un auto grande, a mí me parecía enorme. Era modelo 40 y pico y estábamos en los ‘70, es decir que ese auto ya era viejo. Y era visto como tal, como un auto viejo. No es como ahora que hay una cultura y devoción por los vehículos antiguos. Yo le decía a mi abuelo que iba a hacer mío, pero después se vendió… Realmente, me encantaría tenerlo porque era increíble”, le explicó el guitarrista a Automundo en la previa de lapresentación del nuevo Mustang.
Por esas cosas del destino aquel lazo que inició con Ford a través del Mercury de su abuelo tuvo continuidad a lo largo de su vida. El punto cúlmine fue cuando su padre lo llevo a ver Bullit en el cine. Fernando quedó flasheado con las persecuciones y, especialmente, con el Mustang que conducía Steve McQueen. Ahí se dio cuenta que el famoso pony car era el auto de sus sueños.
Luego ese idilio con el Óvalo tomó forma definitiva en 2011 cuando lo invitaron a visitar el stand de la marca en el Salón del Automóvil de Buenos Aires. “Al principio no tenía muchas ganas de ir, pero cuando pregunté si expondrían un Mustang y me dijeron que sí no lo dudé. La idea era sacarme una foto e irme, pero me querían hacer entrevistas. Entonces dije que sí, pero todas iban a ser arriba del Mustang Shelby que estaba en exposición. Durante las entrevistas me la pasé dando datos sobre el Mustang, algo que a todos les asombró. Y ahí comenzó todo”, recuerda.
El nexo con Ford Argentina quedó en tan buenos términos que sus ejecutivos le preguntaron si tenía una canción de Catupecu Machu que se pudiera relacionar con el Mustang. Fernando ni lo dudó. Ese tema fue el sencillo “La piel del camino” de 2016. “Cuando escucharon el tema les encantó y después también hicimos el video, en el que se ve un Mustang del ’80, que era de Agustín Rocino (el baterista); y el mío. Eso fue re loco porque antes de que me llamaran con esa idea ya había pensado el guión del video. Cuando lo estaba escribiendo en mi escritorio tenía uno pequeños Mustang a escala y en mi cabeza aparecía en el video manejando uno”….
Otro dato que habla del fanatismo de Ruiz Díaz con el Mustang es que durante la participación de Catupecu Machu en el lanzamiento de la Ford Ranger en Salta en 2012 dijo que el primer Mustang que viniese a la Argentina iba a ser suyo. Y así fue. “Ford había traído los cinco primeros Mustang al país y todo era un secreto de estado. Fui a verlos y me elegí el mío. En color negro, obviamente”.
Fanático de muy chico de Meteoro, el cantante también aclara que no siente algo especial por la velocidad, sino por el hecho de viajar en un auto: “Es algo que me inspira mucho. Tanto viajar arriba de un auto, como de una moto. Me encanta manejar. Me encanta perderme en el manejo y escuchar música”.
Pero ese viaje no necesariamente tiene que ser solo. Cuando Fernando escribió “La piel del camino” se imaginó viajando con alguien especial, algo que se nota en la estrofa “Y nos vi viajando el camino que soñé, despierto y dormido, lo soñé, lo soñé…”.
Esas palabras están dedicadas a su hija Lila. “Cuando lo escribí me imaginaba con ella en la ruta. Y luego pasó algo curioso. Porque cuando me entregaron el Mustang, el primer viaje largo que hice fue hasta Córdoba, donde íbamos a estrenar el tema; y estaba con ella, que en ese entonces tenía tres años. Fue un viaje increíble que ella y yo disfrutamos y recordamos muchísimo”. Lila, que hoy tiene seis años, bautizó al Mustang de su padre como “El auto negro” y ya sabe que en un futuro será suyo.
Es claro que Fernando Ruiz Díaz es un gran fanático del pony car de Ford. Y se podría decir que es un verdadero Señor Mustang. De hecho, cuando se le pide que resuma a este legendario modelo lo hace con una frase que no deja lugar a dudas: “Para mí, es el auto perfecto”.