El español Fernando Alonso volvió a ganar una carrera después de 1.820 días gracias al triunfo que consiguió en las 6 Horas de Spa-Francorchamps, en el inicio de la temporada 2018/2019 del WEC, compartiendo la conducción de un Toyota TS05 HYBRID oficial con el suizo Sebastien Buemi y el japonés Kazuki Nakajima.
En el tiempo que transcurrió entre el éxito que consiguió en el Gran Premio de España de Fórmula 1, el 13 de mayo de 2013 con una Ferrari, y el que logró en la veloz pista belga pasaron muchas cosas que tranquilamente podrían haber afectado a un corredor de su talla.
Sin embargo, el campeón de la F.1 de 2005 y 2006 jamás se rindió y hoy obtiene una merecida recompensa por no bajar jamás los brazos en su afán de ser uno de los mejores pilotos de la historia.
LA ETAPA EN FERRARI
Alonso cumplió el sueño de muchos pilotos: correr para la Scuderia. Llegó a Maranello en 2010 y reemplazó a Kimi Raikkonen, quien aún tenía un año de contrato y por eso se llevó una jugosa indemnización. Luchó hasta el final por el título contra el australiano Mark Webber (Red Bull), aunque la corona se la quedó el que menos chances tenía: el alemán Sebastian Vettel, que también corría para el team austríaco.
En 2012 y 2013 volvió a estar cerca, pero otra vez se quedó con las manos vacías. En parte por lo supremacía del tándem Vettel-Red Bull. Aunque también por la falta de reacción de Ferrari, convulsionada por problemas internos en la propia empresa que derivaron incluso en la partida de su histórico presidente Luca Di Montezemolo.
Nano cerró su ciclo al terminar el 2014 con un opaco sexto puesto y sin ningún triunfo. “Fue una etapa preciosa que tenía que acabar porque sabía que en 2015 y 2016 Ferrari no iba a ganar”, confesó tras su alejamiento y cuando ya se relamía por su regreso a McLaren…
MÁS FRUSTRACIONES EN McLAREN
Alonso encaró el 2015 lleno de expectativas por su nuevo acuerdo con McLaren, que a su vez pensaba reverdecer sus laureles de la mano con Honda como motorista. Sin embargo, esa relación fracaso por la falta de rendimiento de la unidad de potencia nipona.
Así fue que Alonso se cansó de largar desde el fondo y de abandonar por fallas en el impulsor, que fue víctima de sus afiladas palabras en medio de los Grandes Premios a través de las comunicaciones radiales con sus ingenieros.
El español terminó aquel 2015 en el 17º puesto, fue 10º en 2016 y 15º en 2017. No ganó, no subió al podio y solo registró un par de vueltas rápidas en carrera. Tan mal le fue que hasta pensó en retirase de la categoría.
LA ILUSIÓN DE LA TRIPLE CORONA
A modo de compensación por tantas decepciones a McLaren no le quedó otra que permitirle a Alonso tratar de cumplir su sueño de conseguir la Triple Corona, uno halago que se obtiene al ganar el GP de Mónaco, algo que el de Asturias logró en 2006 y 2007; las 500 Millas de Indianápolis y las 24 Horas de Le Mans.
En 2017 probó suerte en Indy, pero abandonó cuando marchaba cuarto. Y la posibilidad de triunfar en la carrera de resistencia por excelencia le llegó a través de un acuerdo con Toyota para sumarse a su equipo en el que también está el argentino José María López.
LLEGAN LAS ALEGRÍAS
El 2018 en la Fórmula 1 comenzó un poco mejor a partir de la llegada de Renault como motorista de McLaren. Sin embargo, el auto no está para pelear por los puestos de punta. Es por eso que la participación en el WEC es la única chance que tiene Alonso de tener alegrías y por lo que se vio en Spa, es algo que quiere aprovechar al máximo.
Gracias a la notable superioridad que tiene la marca japonesa sobre el resto de los LMP1 es muy posible que el español logre su cometido de ganar en Le Mans, incluso de no lograrlo en junio próximo tendría otra posibilidad en 2019 en la fecha final de este campeonato extendido. Pero para eso falta y ahora el ibérico quiere disfrutar de este presente.
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— Fernando Alonso (@alo_oficial) 5 de mayo de 2018
“Me quedaré a dormir en el podio, que me vengan a buscar mañana”, afirmó Alonso tras festejar su primera victoria en una carrera de larga duración. Sin dudas, una frase que habla a las claras sobre cuánto necesitaba un resultado como este. Y después de todo lo que pasó en estos 1.820 días, bien merecido lo tiene.