El español Fernando Alonso realizó este miércoles un test sobre un auto de IndyCar propiedad del Andretti Autosport en el circuito Barber Motorsports Park de Alabama (Estados Unidos). Fue una primera prueba pensando en su posible regreso a las 500 Millas de Indianápolis, prueba que ya disputó en 2017.
Después de anunciar el pasado mes su despedida de la Fórmula 1 para la próxima temporada, Alonso está en pleno diseño de sus nuevos retos como lograr la Triple Corona, un título honorífico que solo logró el inglés Graham Hill al ser el único en ganar el Gran Premio de Mónaco, las 24 Horas de Le Mans y las Indy 500. Para igualar este récord a Alonso solo le resta vencer en Indianápolis ya que en Montecarlo ganó en 2006 y 2007 y en Le Mans se anotó el triunfo este año.
Nano volvió a rodar con un coche de IndyCar por primera vez desde que en mayo del año pasado debutara en esas 500 Millas de Indiana rompiendo su motor Honda a 21 vueltas del final. El test en Barber marcó el punto de partida para la decisión del asturiano, quien en 2019 continuaría en el Mundial de Resistencia junto a Toyota.
“Fue un buen día. Me encanta probar coches nuevos y probar un IndyCar en un circuito es algo especial. He tenido suerte para probarlo en condiciones de mojado, intermedias y seco, así que tuve buenas sensaciones con todos los escenarios”, dijo el ibérico.
“Tuve alguna opción de realizar ensayos después de las 500 Millas, pero no lo logré y este año sí he podido. Me encanta estar detrás de un volante y, definitivamente, de un auto nuevo. Fue una buena experiencia”, apuntó.
Además, Alonso comparó el circuito con el óvalo y sus preferencias. “Está al 50%. Me encanta cómo siento el coche en un circuito mixto, pero me encanta la forma en que compites en óvalos por el tráfico y todas las maniobras de adelantamiento. Es un poco más fácil en los óvalos, pero por acción, me encantaron las Indy 500”, explicó.