En su afán de que el español Fernando Alonso corriese en la 103ª edición de las 500 Millas de Indianápolis, que se disputarán este domingo, el equipo McLaren estuvo a punto de comprar la plaza que se había asegurado el también ibérico Oriol Serviá. Sin embargo, esto no sucedió por pedido del propio Alonso, quien no pasó las clasificaciones y quedó marginado de la grilla de la mítica prueba.
Zak Brown, responsable de McLaren Racing, admitió que estuvieron cerca de negociar con el equipo Arrow Schmidt Peterson Motorsports para conseguir el lugar que ya tenía Serviá, clasificado en el 19º lugar.
“Fernando no hizo nada equivocado. Él necesitaba estar en la carrera y nosotros tenemos muchos patrocinadores que nos querían en la carrera”, explicó Brown en en declaraciones a la agencia Associated Press.
Sin embargo, esto no fue posible por pedido del bicampeón de Fórmula 1. “Nos dijo: ‘Sé lo que cuesta entrar en esta carrera, no me parece correcto sacar a otro piloto que se lo haya ganado porque mi equipo ha comprado el asiento”.
El reglamento de las 500 Millas de Indianápolis establece que el lugar para competir es del auto y no del piloto. Por eso en varias oportunidades equipos que no han clasificado a algunos de sus corredores han recurrido a esto para que puedan participar.
En 2011, por ejemplo, Ryan Hunter-Reay participó gracias a que Andretti le adquirió al equipo de A.J. Foyt el lugar que había conseguido Bruno Junqueira.