Las míticas 500 Millas de Indianápolis le mostraron su peor cara al español Fernando Alonso, quien quedó al margen de la edición 2019 tras ser eliminado en la clasificación del sábado y luego en el Last Row Shootout, que el domingo definió los tres últimos lugares disponibles.
A diferencia de su debut en 2017, en el que causó sensación tras largar quinto y estar luchando por la victoria hasta que abandonó por una falla mecánica en su auto, esta vez Nano estuvo lejos de ser protagonista.
McLaren, que decidió estar involucrado directamente en este proyecto, fue un fiasco y no le entregó un auto competitivo. Eso se notó en los entrenamientos, en los que jamás estuvo adelante. De las tres prácticas libres en las que participó la mejor fue la cuarta en la que se ubicó 24º…
A eso se sumó un aparatoso accidente en el segundo ensayo donde destruyó el auto, reparado a los ponchazos por McLaren con piezas prestadas por los otros equipos.
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“Las emociones estaban a un 50 y 50… Si estábamos en la carrera bien, pero teníamos mucho trabajo por delante para lograr un coche competitivo en carrera. Porque tampoco queríamos correr y estar sufriendo en las últimas posiciones”, reconoció Alonso.
“Pero estar afuera es una decepción. Teníamos muchas ilusiones puestas en esta carrera, pero no pudo ser. Hubo gente que hizo un mejor trabajo que nosotros y hay que aceptarlo y ahora hay que disfrutar de la prueba como un espectador”, agregó.
“A veces las cosas sale bien y otras mal… Hay que intentarlo. Se puede estar en casa y no probar retos diferentes que pueden ser parte de la historia. Pero también se puede estar aquí y tener grandísimos momentos, como fue hace dos años. O tener decepciones como estas, que hay que aceptar”, culminó el bicampeón de Fórmula 1, que deberá esperar a 2020 para tener un nuevo intento de conseguir la Triple Corona que tanto anhela.