Habitualmente, los highlights del Dakar muestran vehículos a fondo, maniobras arriesgadas, algunos accidentes y mucho sufrimiento. Por eso el día que los peruanos Fernanda Kanno y Alonso Carrillo aparecieron en un resumen de la edición 2019 de la prueba, que se realizó íntegramente en Perú, cantando alegremente durante un enlace, a los propios responsables de generar las imágenes les sorprendió su actitud. “Nunca antes habíamos visto gente feliz en un Dakar”, les dijeron.
Pero esa felicidad que ambos reflejaron en esa toma on board, que se viralizó inmediatamente por ser algo atípico en una carrera de esta magnitud, es la misma con la que encaran sus propias vidas.
Por eso no extraña que exterioricen su felicidad en sus excursiones dakarianas. Porque ya participar en esta carrera, pese a su dureza, es algo que les aporta una alegría extrema y lo consideran como un sueño cumplido a estos “chicos cantores”, como les dijo el propio Robby Gordon.
“El objetivo de nuestro proyecto es demostrar que los sueños se pueden cumplir y que lo más bonito de cumplir esos sueños es el camino”, explica Fernanda, que el último fin de semana estuvo en Buenos Aires para asistir junto a Alonso al workshop que los organizadores del Dakar realizaron para contar los detalles de la próxima aventura que tendrá como escenario Arabia Saudita.
Para Kanno, una destacada periodista de Perú, correr siempre fue un sueño y hacerlo en el Dakar fue un plus. Su primer intentó fue en 2018, pero terminó en abandono. En 2019 tuvo su revancha y llegó al final en el 49º puesto. La experiencia que ella había cosechado detrás del volante, sumado a la navegación de Carrillo, múltiple campeón de cross country en su país, les permitió subir al podio de llegada.
Si bien la buena actitud es algo que caracteriza a este binomio, la dureza propia del Dakar hace que algunas veces haya “chispazos” dentro del habitáculo. “Cuando es así, paramos, nos bajamos de la camioneta, y nos vamos lejos uno del otro. Nos tomamos un tiempo y después todo vuelve a la normalidad”, afirma Alonso.
En cuanto a las canciones que entonan durante los enlaces tienen un motivo: mantener la atención en uno de los instantes más complicados de la carrera, que es cuando la adrenalina por disputar el especial ya se ha terminado y los competidores comienzan a relajarse. Para evitar que ese relax pueda terminar con una desconcentración al volante, tanto Fernanda como Alonso tienen un playlist con sus canciones favoritas que cantan hasta llegar a los campamentos.
Tan particular como ellos mismos, es la camioneta con la que han corrido el Dakar en 2018 y 2019. Se trata de una vieja Toyota Land Cruiser con pasado de patrulla policial. Si bien tiene más de medio millón de kilómetros, al estar encuadrada en la clase T1.S tiene todos sus componentes de serie, algo que ha resultado vital para resolver cualquier problema técnico. “Como nuestras camionetas de asistencia también son Land Cruiser, si tenemos algún inconveniente, directamente podemos usar las piezas de esos vehículos”, aclara Carrillo, que también está a cargo de la logística del equipo llamado de 0 al Dakar.
Este proyecto, que tiene como principal objetivo demostrar que los sueños se pueden cumplir y dejar un mensaje positivo sobre la vida, tendrá continuidad en enero próximo, en un territorio diferente: Medio Oriente. “Estamos trabajando para conseguir los patrocinadores. Por suerte hay muchos que continúan y otros que se suman. Estamos muy contentos por eso”, dice la piloto.
Aunque para el Dakar 2020 falta mucho, Fernanda y Alonso ya se ven en las arenas de Arabia Saudita. Se ven acelerando su camioneta de principio a fin y, por supuesto, siempre con una sonrisa.