El ex consejero de Fiat Chrysler Automobiles y Ferrari, Sergio Marchionne, falleció este miércoles a los 66 años después de varios días ingresado en un hospital de Zúrich por complicaciones derivadas de una cirugía.
El sábado pasado, Marchionne, que tenía prevista su salida de la compañía en 2019, fue reemplazado permanentemente como consejero delegado del consorcio automovilístico italoestadounidense y de Ferrari por sus problemas de salud.
“Desafortunadamente, lo que temíamos ha sucedido. Sergio Marchionne, hombre y amigo, se ha ido”, lamentó el presidente del grupo, John Elkann, en un comunicado emitido por la firma de inversión italiana Exor, propiedad de la familia Agnelli.
Elkann ya expresó su “dolor” hace unos días por la marcha de Marchionne de la compañía después de 14 años, pero aseguró que con Mike Manley (responsable de Jeep) como nuevo consejero delegado de la multinacional, FCA se asegura la “máxima continuidad”.
“Mi familia y yo siempre estaremos agradecidos por lo que hizo y estamos cerca de Manuela y sus hijos Alessio y Tyler. Renuevo la invitación a respetar la privacidad de la familia de Sergio”, añadió.
La historia en Fiat de Marchionne comenzó en 2003 cuando Umberto Agnelli lo llamó para formar parte del consejo de administración de la marca a pesar de que no tenía experiencia en automóviles y llegaba del sector de los seguros. El año siguiente se convirtió en administrador delegado en un momento en el que la sociedad acumulaba grandes pérdidas.
Con su habitual jersey negro, consiguió sacar a Fiat de la crisis y convertirla en una “sociedad sólida y con un futuro brillante y luminoso”, como aseguró el pasado junio cuando se anunció su plan industrial hasta 2022 y 45.000 millones en inversiones.
Este italiano que creció en Canadá fue el visionario y artífice de la posibilidad que daba la fusión con el grupo estadounidense Chrysler en 2009, que relanzó el grupo de la familia Agnelli aunque ahora con sede legal en Amsterdam (Holanda) y la fiscal en Londres.
Los números de la era Marchione lo dicen todo. La facturación paso de los 47.000 millones de euros en 2004 a los 141.000 millones del pasado ejercicio. De las perdidas de 1.500 millones de euros en 2004 pasó a un beneficio neto de 4.400 millones en 2007.
Marchionne, considerado un tipo duro, tuvo importantes enfrentamientos con los sindicatos del sector al saltarse el convenio colectivo, pero también con la asociación de empresarios (Confindustria), de la que salió en 2011 tras varias divergencias y que en su momento fue un hecho clamoroso.
También supo relanzar las marcas del grupo estadounidense como Jeep, a la que consideraba “el buque insignia de la compañía”, con el lanzamiento en Europa de modelos como el nuevo Wrangler y el nuevo Cherokee.
Marchionne también recogió el testigo de Luca Cordero de Montezemolo en 2014, que había dejado una sociedad que no crecía y una escudería de Formula 1 en total crisis. Bajo su gestión Ferrari volvió a ser la joya de la corona de la familia Agnelli, se adquirió el 90 por ciento de las acciones que estaban en manos de bancos e inversores y creó una sociedad separada de Fiat que cotizó en la Bolsa.
Los resultados de la marca de Maranello en el primer trimestre de 2018 fueron de un beneficio en aumento del 19,4 % respecto al mismo periodo del año pasado y un facturado de 3.400 millones.