Al momento de la ceremonia de premiación del Gran Premio de Francia de Fórmula 1, que tan bien ganó Lewis Hamilton (Mercedes), más de uno se asombró con el trofeo que recibieron el inglés y sus escoltas, el holandés Max Verstappen (Red Bull) y el finlandés Kimi Räikkönen (Ferrari).
Es que en lugar de armoniosas copas, como las que se entregan habitualmente, les dieron un gorila pintado con los colores de la bandera gala parado sobre una plataforma plateada símil tambor de combustible y sosteniendo entre sus manos un neumático Pirelli.
El trofeo es obra del artista plástico Richard Orlinski, quien es muy popular en Francia y que suele inspirarse en animales e insectos al momento de hacer su arte. De hecho, el gorila es una de las tantas versiones de su creación llamada Wild Kong.
Aunque cuando se habla de arte nadie puede decir si algo es lindo o feo, ya que eso depende de cada uno, es innegable para los cuarentones como quien escribe estas líneas que este singular premio pareciera un homenaje a uno de los juegos más populares de la década de 1980: el Donkey Kong de Nintendo en el que un enorme gorila le arroja barriles a Mario para evitar que rescate a una doncella en apuros.
Pero de lo que no hay dudas es que los Wild Kong entregados en este GP francés no pasarán inadvertidos en las vitrinas de Hamilton, Verstappen y Räikkönen.