El Rally Cross Country, y en especial el Rally Dakar, se caracterizan no solo por la feroz competencia por el primer lugar de cada general en todas las categorías, sino también por el espíritu amateur y la solidaridad que los competidores -y todos los integrantes del campamento- deben tener en situaciones extremas como las que atraviesan.
El reciente ejemplo de Nasser Al Attiyah es una muestra de ello. Para entender bien la situación hay que volver un par de días atrás cuando el buggy de equipo Rebellion, que iba a participar de la competencia -con Alexandre Pesci y Stephan Kuhni como tripulantes- sufrió un incendió durante el shakedown.
La estructura suiza no pudo hacer más que lamentar el incidente y descartar la participación de uno de sus binomios, hasta que un llamado de Nasser Al Attiyah cambió el panorama. El qatarí les informó que les cedía la Toyota Hilux 2019 con la que había ganado el Dakar ese año y que se encontraba en su museo.
El titular del equipo, el propio Pesci -dueño además de una importante marca de relojes que incluso auspicia la competencia-, aceptó la propuesta y de esta manera Romain Dumas, el otro piloto de la escuadra estará al mando de la Hilux, mientras que Pesci competirá con el buggy que originalmente estaba destinado para Dumas.
En cuestión de pocas horas, el Rebellion le hizo un breve repaso a la Toyota y la dejó lista para largar la prueba.