Poco tiempo después de la París-Rouen de 1894, considerada como la primera carrera en la historia del automovilismo, se sucedieron un montón de competencias de este tipo cuyo principal objetivo era demostrar la eficacia de los automóviles. Uno de aquellos eventos relevantes en los primeros años del deporte motor fue la París-Berlín de 1901.
Esta prueba que unió las capitales de Francia y Alemania contó con 170 inscriptos, aunque finalmente largaron 110 y “solo” una treintena llegaron a la meta. La victoria quedó para el francés Henri Fournier (Mors), quien completó los 1.500 kilómetros en poco más de 15 horas.
Ese mismo espíritu que tenía aquella carrera realizada hace 120 años volverá a nuestros días como parte del GT Experimental Tour (GTX), organizado por la empresa SRO Motorsports Group de Stephane Ratel.
La nueva versión de la París-Berlín se disputará en 2023 y tiene como objetivo promocionar a los vehículos eléctricos. Esta reedición combinará secciones de ruta con carreras cortas y eventos de velocidad a lo largo de sus siete días. Al igual que la carrera original pasará por Reims, Nancy, Estrasburgo, Stuttgart, Nuremberg, Praga y Dresde.
La largada se realizará frente a la torre Eiffel y luego se hará una carrera de 20 minutos en Montlhery. Por la tarde se efectuarán desafíos de aceleración en la recta del antiguo circuito de Reims. De hecho, la idea de Ratel es visitar otros emblemáticos autódromos que hoy no tienen actividad.
El empresario quiere llevar GTX a múltiples continentes para crear un World Tour que también incorporará vehículos autónomos y propulsados por hidrógeno.
Por lo pronto, la París-Berlín en formato eléctrico contará con 18 máquinas. Para que la energía no sea un problema a lo largo del recorrido habrá camiones que transportan equipos de recarga rápida que pueden dar servicio a seis automóviles al mismo tiempo.