El desembarco de Toyota en el Turismo Carretera a partir de este año provocó un cimbronazo entre los seguidores de la popular categoría que invita a reflexionar sobre si el actual TC es el verdadero TC.
Aquella especialidad que nació el 5 de agosto de 1937 cuando se largó el Gran Premio Argentino dista mucho de la actual por dos motivos fundamentales: los vehículos ya no son más turismo, sino prototipos; y las competencias tampoco tienen como escenarios rutas o carreteras, sino autódromos.
Sin contar al Camry, el parque ni siquiera representa a los vehículos que están actualmente en el mercado algo que ocurrió con el TC durante sus primeras décadas de vida. La cupé Chevy se dejó de producir en 1978, el Dodge GTX en 1979, el Torino en 1981 y el Ford Falcon en 1991…
Hasta fines de los ’90, los TC eran autos de serie que se preparaban para correr reforzándolos con estructuras tubulares. Hoy la concepción es a la inversa. Se parte de una estructura tubular con ciertas cotas para cada modelo, aunque el resultado final son siluetas que se asemejan muy poco a los vehículos originales.
En el rubro de los motores cada marca también perdió su identidad. La falta de fierros originales obligó a la Asociación Corredores Turismo Carretera a tomar dos caminos: a mediados de los ’90 importó de Estados Unidos impulsores Cherokee, que pudieron usar los Dodge y los Torino.
Mientras que en 2015 desarrolló sus propias plantas motrices con tapas multiválvulas. Este proyecto se concretó después de siete años de trabajo y tras una inversión de 23 millones de pesos.
Los datos expuestos dejan en claro que este TC dejó de ser el TC que vieron nuestros abuelos y se ha transformado en otra categoría, más allá de mantener su denominación. Pero esto no es la primera vez que sucede…
A fines de los ’60, en plena transición entre las cupecitas y los compactos, el desarrollo del TC llegó a tal punto -como se aprecia en las formas del Trueno Naranja o de las Liebres– que se necesitó crear otra división: el Sport Prototipo, que duró lo que un suspiro (1969 a 1973) por sus altos costos.
Por todo esto la llegada de Toyota al universo teceista debe tomarse como un paso más en la evolución y no como una traición al ADN, algo que en realidad se archivó hace 30 años.
El tema, en todo caso, pasa por ver cómo la ACTC hace para que esta evolución no defraude al público, que en definitiva es el capital más grande que tiene el legendario Turismo Carretera…
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