Desde 2008 cada 2 de noviembre es una jornada triste para los fanáticos brasileños de la Fórmula 1. Es que aquel día, Felipe Massa vivió el momento más duro de su campaña deportiva justamente en el mítico autódromo de Interlagos. La victoria que logró en aquel Gran Premio de Brasil, última fecha del certamen, no fue suficiente para lograr la corona, que perdió en la última vuelta y por un solo punto.
Massa había llegado a esta carrera segundo en el torneo a siete unidades del inglés Lewis Hamilton (McLaren). Para conseguir el cetro el paulista tenía que hacer todo bien, es decir ganar; y esperar que su rival no terminara entre los cinco primeros.
La bandera de cuadros cayó primero sobre Felipinho y eso hizo estallar de felicidad a todos los fanáticos brasileños porque Hamilton estaba sexto. Sin embargo, la euforia duró unos pocos segundos: en la última curva el británico superó fácilmente al alemán Timo Glock (Toyota) y consiguió los puntos necesarios para lograr su primer campeonato.
Así, de buenas a primeras, Glock se convirtió en el tercero en discordia en medio de los festejos de Hamilton y la desazón de Massa. Muchos afirmaron que la amistad que tenía con el inglés desde la época de la GP2 Series fue determinante para cederle el preciado quinto lugar.
Nadie creyó la explicación del germano, que había encarado las últimas vueltas de la competencia con neumáticos para piso seco cuando la pista aún estaba muy húmeda. “Ha sido una de las vueltas más duras que he hecho en F.1 porque no tenía absolutamente nada de agarre con gomas de seco y no podía casi ni mantener el coche en pista. Quería mantener la cuarta posición”, dijo Glock al terminar la prueba.
Los brasileños estaban tan enfurecidos con Glock que el propio Massa les pidió a los miembros del Toyota que salieran del circuito sin la ropa del equipo para evitar un mal mayor.
Mucho tiempo después, el propio Glock recordó algunos detalles de la situación que le tocó vivir. “Hubo un par de periodistas que fueron muy agresivos, sobre todo italianos; culpándome y diciéndome que lo había hecho a propósito y que debía ser algo planeado antes de la carrera y preguntándome cuánto me habían pagado Mercedes y Lewis”, dijo.
“No podía creer que la gente pensara que de alguna manera había planeado eso con Lewis antes de la carrera. ¿Cómo íbamos a saber que la meteorología sería así antes de la carrera?.. Incluso a mi familia, a mi padre y a mi madre, les llegaron cartas preguntando cómo había hecho eso y diciendo que la gente debería haberme pegado un tiro y que no debería seguir en el deporte. No me podía creer que la gente fuera tan mala, era bastante extremista”, comentó el actual piloto de DTM.
“Cada año, cada noviembre, me preguntan sobre esto”, confesó Glock, que recién en 2017 comenzó a recibir menos críticas por lo sucedido. ¿El motivo? Una cámara on board en la que se nota que le era muy difícil controlar el auto con la pista aún mojada. “Esto ayudó a calmar la situación por completo. Ahora la gente entiende que no hubo ninguna estrategia y que simplemente fue una batalla para mantenerme en la pista”.