El año próximo los autos de la Fórmula 1 tendrán un peso de 792 kilos, algo que obligará a los equipos a tomar ciertos recaudos para alcanzar esa cota. La tarea no será sencilla ya que en los nuevos bólidos calzarán neumáticos más grandes que exigirán suspensiones de mayor tamaño.
Para anticiparse a lo que puede ser un verdadero dolor de cabeza, el equipo Aston Martin evalúa tomar una drástica decisión relacionada con el aspecto de sus vehículos: dejar de usar el actual color verde por una tonalidad menos pesada.
“Hemos analizado el cambio de color. Ya hemos hablado con el equipo sobre la pintura de la próxima temporada y cuánto y con qué colores pintaremos el coche. El peso es un factor muy importante y tenemos que quitar el máximo posible. Estamos en ese proceso ahora mismo”, afirmó Otmar Szafnauer, jefe de la escudería británica.
Más allá de alivianar los autos, la escudería inglesa aprovecharía para buscar un tono que luzca mejor en la televisión ya que considera que el actual se luce bien cuando se ve al auto en el circuito.
“Deberíamos hacer que resalte más en la televisión, sin perder ese verde que se nota cuando lo miras desde fuera. No sé si podremos hacerlo, pero es algo que estamos buscando, para asegurarnos que se diferencia en la TV de otros coches más oscuros”, reconoció el team-manager.
La necesidad de cambiar el color para reducir el peso de los autos no es algo nuevo en el automovilismo. De hecho, la leyenda de las Flechas de Plata de Mercedes surgió cuando la marca alemana decidió dejar a sus autos de Gran Prix de la década de 1930 con las carrocerías de aluminio para restarle los kilos de la pintura blanca.