Desde hace algunos años las categorías argentinas ponen en práctica singulares formatos de competencias con el fin de seducir al fanático. De todos esos extraños inventos que se hicieron -y que aún se hacen- el más original lo ideó el Súper TC2000, que el 19 de octubre de 2013 realizó un evento en el Estadio Único de La Plata. La fuente de inspiración de la original propuesta fue una competencia efectuada por el DTM en el Estadio Olímpico de Munich dos años antes.
Si bien este tipo de espectáculos no eran una novedad en esa época -la legendaria Carrera de Campeones que aún se disputa en estos días es un buen ejemplo-, tanto las experiencias del DTM y el Súper se destacaron porque estas presentaciones fueron puntuables para el campeonato y no una exhibición.
En lugar de utiliza un mismo circuito del tipo espejo con el cruce de un puente, como se suele hacer, el STC2000 utilizó dos pistas paralelas. De esta forma, el ganador de cada batalla se definió por suma de tiempos.
“Será algo distinto. El público podrá disfrutar de una competencia de autos, de dos recitales, de un DJ y hasta tendrá la posibilidad de girar como acompañantes en los vehículos que hayan quedado eliminados. En definitiva, la gente tendrá cinco horas con un programa muy completo y para todos los gustos”, comentó con entusiasmo Pablo Peón, entonces responsable de la categoría.
De esta singular décima fecha del torneo 2013 participaron 24 pilotos, que se fueron eliminando en distintas mangas. La batalla final la protagonizaron Leonel Pernía (Renault) y Agustín Canapino (Chevrolet).
El Tanito llegó a esta instancia después de vencer a Franco Riva (Peugeot 307), Franco Girolami (Chevrolet Cruze), Bernardo Llaver (Toyota Corolla) y Matías Rossi (Toyota Corolla); mientras que el arrecifeño accedió gracias a ser el mejor perdedor de la tercera manga luego de ganarles a Caito Risatti (Honda Civic) y Fabián Yannantuoni (Renault Fluence), caer ante Rossi e imponerse sobre Néstor Girolami (Peugeot 408).
Más de 20.000 personas presenciaron como en el último duelo Pernía se quedó con el triunfo. Así sumó puntos importantes que le permitieron achicar la brecha con Rossi y mantener sus chances de lograr la corona, aunque finalmente quedó para el hombre de Toyota.
“Un Pernía en un una cancha tiene que andar bien”, afirmó Leo, ex futbolista, no bien se bajó de su auto. “No se puede explicar con palabras lo que significa ganar una carrera, pero ésta fue diferente por todo lo que hubo alrededor. Debo admitir que al principio sentía que a la competencia le faltaba algo, pero nunca sentí tanta adrenalina…”, agregó.
Efectivamente, en la previa muchos dudaban del éxito de esta propuesta por el sencillo motivo que los autos más rápidos del país iban a correr a no más de 110 km/h y en primera marcha. Sin embargo, Pernía no fue el único que le vio el lado bueno a correr en un estadio.
“Me equivoqué… Yo pensé que iba a ser más aburrido. Pero no se puede explicar cómo lo vivíamos arriba del auto. Por los nervios y la presión que tenía cada vez que teníamos que largar. Y cuando veía que el piloto del otro lado iba más rápido, me desesperaba. Estuvo muy bueno”, sostuvo Canapino, quien en la previa había sentenciado que era una lástima correr en el Estadio Único.
Mientras que Bebu Girolami, que fue tercero en el evento, admitió: “Sentí algo distinto por el marco de público que hubo y la adrenalina de correr cada manga. Tengo que felicitar a Pablo Peón y a toda la categoría por haber hecho esta apuesta”.
¿Y qué dijo Peón? “Estoy muy contento por cómo se dio todo”, afirmó. “Vi a la gente muy emocionada con el espectáculo… Se habló mucho de esta carrera y hubo varios periodistas que dijeron que esto no iba a tener emoción y que iba a ser aburrido. Pero me parece a mí que quedó demostrado que la gente se puede emocionar a pesar de que los autos vayan a 90 km/h”.
Pese a la apreciación del ex piloto y gestor de la original propuesta, para el Súper TC2000 fue debut y despedida en un estadio de fútbol…