El Aston Martin Valhalla, el primer supercoche con motor central de producción en serie de la marca británica, se beneficia del laboratorio más rápido del mundo, la Fórmula 1.
Para crear su primero superdeportivo, Aston Martin está adoptando las metodologías, la experiencia y las tecnologías probadas en competición utilizadas por el equipo Aston Martin Aramco Cognizant Formula One para intensificar el desarrollo de futuros modelos.
La colaboración técnica entre Aston Martin y su equipo homónimo de Fórmula 1, que actualmente ocupa el cuarto lugar en la Copa de Constructores, se desarrolla a través del equipo Aston Martin Performance Technologies (AMPT), que asiste directamente al equipo de ingeniería de Aston Martin en tres áreas clave de desarrollo: dinámica, aerodinámica y materiales.
DINÁMICA DE CONDUCCIÓN
El Aston Martin Valhalla es un supercoche de motor central realmente orientado al conductor. El equipo encargado de la dinámica del vehículo, en estrecha colaboración con AMPT, está trabajando a toda máquina para conseguir un comportamiento dinámico preciso que proporcione una experiencia sin precedentes al conductor.
El diseño de un F.1 se basa en gran medida en herramientas de simulación; y los métodos utilizados para garantizar que cada instante invertido en el simulador aporte un progreso, se han puesto en práctica en el Valhalla. De hecho, el 90% de las características dinámicas y la puesta a punto del vehículo se han realizado en el simulador, mientras que la fase final de desarrollo se ha completado en el mundo real, en la carretera y en la pista.
Las valiosas aportaciones de los pilotos de AMF1 añaden una nueva dimensión a la calibración del Valhalla. Las habilidades y conocimientos de élite de pilotos como el canadiense Lance Stroll y el español Fernando Alonso pueden elevar la dinámica del vehículo a un nuevo nivel mientras siguen llevando el coche al límite extremo de sus capacidades de rendimiento.
La ergonomía del puesto de conducción del Valhalla también se beneficia de las indicaciones directas de la Fórmula 1. La posición al volante se ha optimizado con el apoyo de AMPT para proporcionar al conductor un control al nivel de un coche de carreras, con el fin de maximizar el placer de conducción.
Los talones están elevados por un falso suelo que también contiene módulos electrónicos, y la butaca de fibra de carbono puede reclinarse para lograr una posición más parecida a la del monoplaza AMR23, sin dejar de ofrecer la comodidad de un coche de carretera. Esto ayuda a mantener una línea de techo baja y garantiza que el conductor se sienta realmente conectado al coche.
LA AERODINÁMICA DEL ASTON MARTIN VALHALLA
La experiencia conjunta de los especialistas en aerodinámica de AMPT y Aston Martin, tanto en coches de calle como en Fórmula 1, brinda a la marca la oportunidad de crear coches adictivos con la combinación perfecta de lujo y prestaciones. Un rápido vistazo a los bajos del AMR23 y a los del Valhalla, donde se genera la mayor parte de su carga aerodinámica, ilustra cuánta tecnología de F.1 se ha incorporado al nuevo supercoche.
El enfoque aerodinámico del Valhalla comienza de forma similar al de un coche de F.1, utilizando todos los elementos de la carrocería para generar carga aerodinámica y minimizar la resistencia. Sin embargo, el Valhalla no está limitado por las normas de la F.1, por lo que puede beneficiarse de sistemas aerodinámicos totalmente activos tanto en la parte delantera como en la trasera, que generarán más de 600 kg de carga aerodinámica (downforce) a una velocidad de 240 km/h.
De esta forma el Valhalla puede adaptar constantemente la carga aerodinámica delantera y trasera para maximizar el agarre, el equilibrio y la consistencia; o reducir la resistencia en función de la situación y del modo de conducción seleccionado. Esto permite a los conductores extraer lo mejor del chasis y los neumáticos del Valhalla en toda la gama de prestaciones del coche.
Al igual que el AMR23 de competición, el Valhalla cuenta con alerones delanteros y traseros formados por múltiples elementos, aunque el delantero queda oculto a la vista y puede estar plano en posición DRS para reducir la resistencia aerodinámica o inclinado hacia arriba para generar una enorme carga directamente delante de las ruedas delanteras. Detrás del splitter delantero la superficie bajo el suelo es cóncava, creando una zona de baja presión que genera carga aerodinámica adicional. Una vez más, esta característica puede controlarse como parte de los algoritmos de control activo del vehículo.
El alerón trasero es plano para dar forma a las bellas y limpias líneas del coche, al tiempo que genera un nivel básico de carga aerodinámica con una resistencia mínima. Sin embargo, en modo circuito se eleva para maximizar su efectividad. El coche gestiona activamente el ángulo de ataque del alerón para equilibrar continuamente la carga aerodinámica máxima y el DRS, con el fin de maximizar el rendimiento.
Inspiradas en los generadores de vórtices y las características aerodinámicas de la F.1, las pequeñas rejillas ranuradas en los umbrales laterales, justo delante de las ruedas traseras, actúan como mini difusores para extraer y elevar el flujo de aire de debajo del coche, aumentando la carga aerodinámica. Una toma de aire en el techo alimenta tanto la admisión del motor -al igual que en la F.1– como los conductos de refrigeración de los intercoolers del turbo y para refrigerar la configuración Hot-V del motor.
El amplio conocimiento de la dinámica de fluidos computacional (CFD) y las pruebas en túnel de viento de la F.1, junto con AMPT, han sido de enorme utilidad para los ingenieros del Valhalla, para el que se han empleado las mismas técnicas que en el AMR23.
El equipo de ingenieros del Valhalla, que trabaja directamente con el AMPT, ha utilizado el mismo software CFD que el equipo AMF1, incluidas las aplicaciones para la puesta a punto del modelo. Al igual que en la Fórmula 1, el equipo de desarrollo ha utilizado un modelo a escala y un túnel de viento móvil para desarrollar el coche, estudiando los mismos procesos, como la sensibilidad a la altura de la carrocería, los efectos de la guiñada, el balanceo y el cabeceo, la dirección, etc.
EL USO DE LA FIBRA DE CARBONO
AMPT y el equipo AMF1 llevan muchos años construyendo coches de fibra de carbono, así que hay muy pocas cosas que no entiendan sobre materiales. Aunque la idea de construir 999 monocascos de fibra de carbono será una novedad para un equipo acostumbrado a fabricar apenas unos cuantos coches por temporada.
El equipo de tecnologías de carbono de AMPT trabaja en el desarrollo de ideas que evolucionaron en la F.1 y aplica el mismo enfoque al Valhalla. Esto ha sido muy beneficioso en áreas como la simulación de la rigidez y las pruebas de resistencia a los choques, donde se pueden obtener grandes beneficios identificando cualquier vulnerabilidad antes de que comience el destructivo proceso de las pruebas de choque.
La estructura del corazón del Valhalla está diseñada para maximizar la rigidez con un peso mínimo, garantizando el máximo control con una precisión milimétrica. Diseñada y fabricada por AMPT, que aplica su experiencia altamente especializada en F.1 y sus capacidades técnicas más allá de la cúspide del automovilismo, la estructura del Valhalla es el producto de una tecnología de compuestos de vanguardia.
La estructura de carbono del Valhalla, una compleja y exquisita mezcla de materiales de fibra de carbono, se ha creado utilizando una novedosa tecnología patentada desarrollada para Aston Martin. Las secciones superior e inferior de la estructura están moldeadas en fibra de carbono mediante una combinación del proceso de moldeo por transferencia de resina (RTM) y la tecnología de autoclave derivada de la F.1. El resultado es un habitáculo singular, inmensamente rígido, resistente y ligero que ofrece los mejores atributos estructurales dinámicos de su clase y una seguridad sobresaliente, sin comprometer la ergonomía del conductor y los pasajeros.
El Valhalla está a la vanguardia de la transición de Aston Martin de la combustión interna a la electrificación. Se ha optimizado el rendimiento y se ha maximizado la eficiencia del motor V8 biturbo plano del Valhalla, el V8 más avanzado, reactivo y de mayor rendimiento jamás montado en un Aston Martin. Combinado con tres motores eléctricos el resultado es un sistema de propulsión híbrido con tracción a las cuatro ruedas de 1.012 CV.
Dos motores eléctricos en el eje delantero permiten al Valhalla no sólo disponer de tracción a las cuatro ruedas, sino también un control totalmente independiente del par aplicado a cada una de las ruedas delanteras, una técnica conocida como “torque vectoring” o vectorización activa del par.
El Torque Vectoring permite una respuesta más efectiva de la dirección en los giros, un mayor agarre en las curvas y una tracción mejorada a la salida de las mismas. Esto mejora la experiencia de conducción y el rendimiento en todas las fases de la conducción. Los motores eléctricos delanteros también proporcionan la función de marcha atrás, lo que permite ahorrar peso en la transmisión trasera. Un tercer motor eléctrico está integrado en la transmisión y proporciona potencia adicional a las ruedas traseras, además de actuar como motor de arranque/generador para el motor de combustión interna.
El primer prototipo saldrá a la carretera a finales de este año y el Valhalla entrará en producción en 2024.