Los pilotos que participan en el rally Dakar saben que se trata de una carrera peligrosa que registra un extenso historial de muertes. Desde que comenzó en 1979 una treintena de participantes han dejado su vida en su intento de llegar a la meta. En 2020, por ejemplo, fallecieron el portugués Paulo Goncalves y el neerlandés Edwin Straver. Lamentablemente, es un riesgo que todos asumen, aunque hay días en que el temor a que pase algo grave es inevitable. Y eso le sucedió al argentino Luciano Benavides, que lucha por entrar al Top 10 de la categoría motos.
“No fue un día bueno para mi… Desde el inicio tuve un mal presentimiento, miedo…, pero tenía la necesidad de salir a descontar minutos. Tenía la sensación de que me iba a caer o que iba a encontrar a algún piloto en el piso y así fue”, contó Luciano tras terminar la octava etapa entre Sakaka y Neom.
“Luego del refuelling me lo encontré a Xavier De Soultrait y me asusté mucho. Me quedé con él unos siete minutos hasta que llegó el helicóptero”, agregó el piloto oficial Husqvarna, el primero en llegar al lugar donde se había pegado el francés.
Benavides quedó tan impactado por encontrarse al De Soultrait en esa situación delicada que quedó conmocionado. “Después de eso salí en el polvo de otros pilotos, pero venía con la cabeza en otro lado y me perdí. Le hice caso a mi instinto, reduje el ritmo y fui más tranquilo… No fue una etapa que haya disfrutado. Lo único bueno es que llegué sano y sigo en carrera…”, culminó el salteño, 20° en la especial y 11° en la carrera.
En lo que va del Dakar ya dos motociclistas han sufrido accidentes que los han dejado en coma farmacológico: el indio Santosh Chunchunguppe Shivashankar y el francés Pierre Cherpin.