Después de recorrer once años los caminos de Sudamérica, los organizadores del Dakar pretenden que la edición 2020 sea un regreso a los orígenes de esta prueba que nació en África. Gracias a las características que presenta Arabia Saudita eso será fácil de lograr. Al menos así piensa el francés David Castera, nombrado hace unas semanas como nuevo director de la carrera en reemplazo de su compatriota Etienne Lavigne.
“Es un país con un desierto inmenso; es prácticamente todo desierto, aunque también tendremos caminos y rocas. Nos ha encantado lo que hemos visto en los primeros reconocimientos, hay mucho potencial”, explicó el ex motociclista.
Gracias a los inmensos desiertos este “nuevo” Dakar podrá rememorar las largas etapas africanas y, al mismo tiempo, acotar los enlaces que eran muy tediosos en suelo sudamericano. “Queremos cambiar esto y volver al estilo de África, con etapas más largas que en Sudamérica, donde era más difícil hacerlo por tener la dificultad más concentrada. Queremos etapas de 500 kilómetros por día, más o menos, pero sin tanto enlace”, agregó el galo.
Otra de las modificaciones que se podrán en práctica en esta nueva aventura está directamente relacionada con los road–book. Para impedir que los equipos más poderosos realicen anotaciones extras que les de más ventaja a sus pilotos se decidió que en algunas jornadas serán entregados pocas horas antes de largar. “Vamos a probar esta metodología en el Rally de Marruecos, en octubre, y en el Dakar casi seguro que en varias etapas entregaremos el road-book por la mañana, con las modificaciones marcadas, de forma que habrá más igualdad”, afirmó Castera, que adelantó que en 2021 el libro de ruta tendrá un “formato electrónico”.
Por último, el nuevo “boss” dakariano dejó las puertas abiertas para el ingreso de más países para este tercer capítulo en la historia de la legendaria carrera como Jordania y Egipto. “Me han enviado muchas tarjetas desde que hicimos el anuncio oficial”, culminó.