El Dakar 2019 no podía haber terminado mejor para el australiano Toby Price por su determinación y coraje. Inició la carrera en territorio peruano con dolores en la muñeca derecha debido a una fractura del escafoides que sufrió tan solo unas semanas antes de la salida. Sin embargo, aguantó el dolor y jugó la carta de la regularidad frente al ímpetu de sus rivales.
Las molestias de su lesión fueron casi una tortura que debió soportar etapa tras etapa. Pero la posibilidad de definir el título a su favor en la última jornada fue esa cura que tanto había pedido. Ganó la última especial de la competencia, entre Pisco y Lima, y se benefició de la caída de su principal rival, el chileno Pablo Quintanilla (Husqvarna), para lograr su segundo éxito en la prueba tras el logrado en 2016. Además, estiró la racha de KTM a 18 éxitos consecutivos.
“¡Fue un Dakar de locos! Fueron diez días muy largos. Pero el dolor y la tortura de la muñeca han merecido la pena. Pensaba que solo podría hacer dos etapas y luego tendría que dejar el rally. Pero he recibido mucho apoyo de Australia y por eso no me he rendido”, contó Price, que solo se fue más veloz que sus oponentes en la especial que puso punto final a la competencia, aunque siempre se mantuvo en el Top 10.
“La muñeca me dolía como si cinco personas me clavaran un cuchillo simultáneamente. No es nada agradable, pero al final, con la victoria, se me fue un poco el dolor. Porque la alegría que siento es más fuerte…”, añadió.
“Fue una carrera muy reñida, con diferencias de tiempo muy pequeñas. Pablo (Quintanilla) podría haber ganado. También Matthias (Walkner) o Kevin Benavides, que ha realizado un excelente trabajo”, explicó Price al momento de analizar a los rivales de una edición que se recordará por mucho tiempo por su definición
Por último, el aussie habló de su ímpetu. “No soy un guerrero”, dijo. “Pero la verdad es que no me rindo nunca”, agregó como si este triunfo no fuese una muestra clara de eso.