La 40ª edición del Dakar fue la última que visitó suelo Argentino. En enero pasado la carrera también atravesó Bolivia y Perú, que en este 2019 tiene todo el protagonismo al ser el único país anfitrión de la legendaria prueba. Como para ponernos en sintonía a unas pocas horas de la largada de la prueba, que se realizará el domingo en Lima, un repaso de lo ocurrido el año pasado.
LOS GANADORES: En autos se consagró al español Carlos Sainz (Peugeot). También festejaron el austríaco Matthias Walkner (KTM), en motos; el chileno Ignacio Casale (Yamaha), en quads; el ruso Eduard Nikolaev (Kamaz), en camiones; y el brasileño Reinaldo Varela (Can-Am), en UTV.
LAS DUNAS PERUANAS. El regreso de Perú al itinerario del Dakar después de cinco años le aportó a esa edición la cuota de arena que les faltó a las versiones anteriores. Los participantes debieron superar las enormes dunas incaicas y evitar caer en los “ceniceros”, enormes huecos en medio de las colinas arenosas. La dureza de la parte de esta competencia se hizo notar: hubo 72 abandonos.
ABANDONOS DE CANDIDATOS. La parte peruana del Dakar dejó a varios pilotos al margen de la competencia. Entre ellos, tres que aspiraban a luchar por la victoria en sus respectivas clases: Sam Sunderland (KTM), campeón dakariano en motos en 2017; Sébastien Loeb (Peugeot), quien buscaba la victoria en su tercera participación en la prueba; y Nani Roma, la principal figura del equipo MINI. El inglés se cayó y se lastimó la espalda en la cuarta etapa (San Juan de Marcona-San Juan de Marcona, en Perú). El francés saltó una duna en la quinta etapa (San Juan de Marcona-Arequipa, en Perú) y al pegar contra el suelo su navegante Daniel Elena se fracturó el coxis. Por la lesión del monegasco la tripulación debió desertar. El español, en tanto, superó a gran velocidad una zona de peligro en la cuarta jornada (según afirmó, estaba mal señalizada) y sufrió traumatismos craneal y cervical.
ETAPAS CANCELADAS. La novena etapa entre Tupiza (Bolivia) y Salta (Argentina) fue anulada ante las amenazas de mal clima en la región boliviana que podía complicar a los pilotos y equipos a llegar al primer campamento en Argentina. También se canceló la etapa 12 entre Fiambalá y San Juan (Argentina) aunque sólo para las motos porque había muchos ríos crecidos debido a las lluvias de los días anteriores.
UNA DENUNCIA FALLIDA. El empresario holandés Kees Koolen, participante de cuatriciclos y fundador de Booking.com, acusó a Sainz de chocarlo a toda velocidad en la séptima etapa (La Paz y Uyuni, Bolivia). Tras analizar el caso, las autoridades deportivas penalizaron con 10 minutos al piloto de Peugeot. Sin embargo, tres días después la sanción fue levantada gracias a los datos de telemetría del vehículo del madrileño que comprobaron que las palabras de Koolen distaban mucho de la realidad y que en el instante en que ambos estaban juntos en el camino Sainz marchaba a 37 km/h.
DOMINIO ABSOLUTO. La victoria de Casale en cuatriciclos jamás se puso en duda. El chileno, que tomó el primer puesto de la general desde el inicio de la carrera, hizo una buena diferencia con sus rivales en las arenas peruanas y aprovechó los abandonos de sus principales contrincantes, como el polaco Rafal Sonik y el ruso Sergei Sariakin (Yamaha), para lograr su segundo éxito tras el conseguido en 2014. El podio lo completaron los argentinos Nicolás Cavigliasso y Jeremías Gonzalez Ferioli.
LUCHA CERRADA. Aunque Nikolaev parecía tener todo controlado luego de atravesar Perú y Bolivia, en el ingreso a Argentina tuvo que defenderse de los ataques del local Federico Villagra (Iveco), quien incluso llegó a liderar la general. Tan áspera fue la batalla que tras las 12ª etapa (Chilecito-San Juan) la diferencia entre ambos llegó a ser de solo un segundo a favor del ruso. La disputa terminó en la jornada siguiente (San Juan-Córdoba) con el abandono de Villagra, sobre quien pesaba una denuncia por haber cargado combustible en un lugar no permitido.
BATALLA POR LA GLORIA. La categoría de las dos ruedas fue la más disputada de todas por la gran cantidad de pilotos que se alternaron en el primer puesto de la clasificación general. La lista de líderes la integraron Sunderland, el español Joan Barreda Bort (Honda), el francés Adrien Van Beveren (Yamaha), el argentino Kevin Benavides (Honda) y Walkner. Los tres primeros desertaron por lesiones: Sunderland se cayó y se lastimó la espalda; Barreda Bort quedó resentido de la rodilla izquierda y Van Beveren se fracturó una clavícula. Así, la carrera se definió entre Benavides y Walkner, que pasó a la punta en la etapa 10 (Salta-Belén) cuando el argentino y otros siete pilotos se perdieron. Gracias al triunfo del austríaco, que ganó en su cuarta participación en el Dakar, KTM extendió su reinado al lograr su 17° triunfo consecutivo en la especialidad.
EL GRAN RESCATE. Como es habitual, el Dakar entrega miles de historias de superación. Una de las más llamativas de esta edición fue la que protagonizaron los españoles Jordi Juvanteny, José Luis Criado y Javier Tamayo, tripulantes de un camión del KH-7 Epsilon Team. Se quedaron encajados en un “cenicero” en la segunda etapa (Pisco-Pisco, Perú) y recién pudieron sacar su vehículo tres días después gracias a la ayuda de un Bulldozer D8K con pala delantera y 35 toneladas de peso que les abrió un camino entre las dunas.
RESULTADO HISTÓRICO. Pese a que se quedó con las ganas de lograr la victoria, Benavides se aseguró un lugar en la historia del Dakar. Gracias al segundo lugar conseguido en las motos se convirtió en el piloto sudamericano que más cerca estuvo de un triunfo. Hasta ese momento, ese honor lo tenían los chilenos Carlo De Gavardo (2001), Francisco “Chaleco” López (2013) y Pablo Quintanilla (2016), quienes alcanzaron el tercer lugar.
DESPEDIDA VICTORIOSA. Peugeot cerró su participación en el Dakar con el triunfo de Sainz, el tercero consecutivo que logró en esta era moderna luego de los dos del francés Stéphane Peterhansel (2016 y 2017). En total, la marca francesa consiguió en el Dakar siete éxitos tomando en cuenta los cuatro logrados por los finlandeses Ari Vatanen (1987, 1989 y 1990) y Juha Kankkunen (1988).