La Fórmula 1, con su mirada puesta en un futuro sostenible y una ambiciosa meta de huella de carbono cero para 2030, ha sido objeto de críticas por parte de la ONG ambientalista Greenpeace.
Según la organización, los esfuerzos actuales de la Fórmula 1 en materia de sostenibilidad son percibidos como meros “lavados de cara ecológicos”. Las acusaciones desencadenan una discusión sobre la autenticidad de los planes de la F.1 y sus implicaciones en la lucha contra el cambio climático.
SOSTENIBILIDAD SUPERFICIAL
Las iniciativas de sostenibilidad que la Fórmula 1 ha anunciado para su futuro han sido cuestionadas por Greenpeace. Benjamin Stephan, experto en transporte de la organización ecologista, subraya que aunque la F.1 reconoce la necesidad de abordar la protección del clima, su accionar es superficial.
“Si la Fórmula Uno quiere utilizar la sostenibilidad como algo más que un papel, tiene que replantearse la huella de carbono de todo el ‘circo’ de las carreras”, dijo el experto en declaraciones a dpa.
REGIONALIZACIÓN DEL CALENDARIO
Desde Greenpeace, surge la sugerencia de regionalizar aún más el calendario de la Fórmula 1. La organización cree que el calendario de la Fórmula 1 “debería regionalizarse más”, mostrándose en contra de “celebrar hasta 24 carreras el año que viene” y “hacer volar masas de personas y material por todo el mundo”.
La crítica radica en el impacto ambiental generado por la movilización constante de recursos en pos de las carreras, cuestionando la coherencia de los objetivos de sostenibilidad.
LA ESTRATEGIA DE LA FÓRMULA 1
Uno de los pilares de la estrategia de sostenibilidad de la Fórmula 1 es la utilización de combustible sintético neutro en CO2 a partir de 2026, con el objetivo de alcanzar la neutralidad climática para 2030. Sin embargo, Greenpeace sostiene que este enfoque no es suficiente.
“Si la Fórmula 1 no se replantea a sí misma y acepta que su identidad debe cambiar, entonces no se toma en serio la protección del clima”, añadió Stephan.
“Hasta ahora, los planes de la Fórmula 1 no son mucho más que un lavado de cara. Pero el objetivo de ser neutra en carbono para 2030 es irrisorio teniendo en cuenta lo mucho que viajan los equipos”, reiteró el representante de Greenpeace.
