En el Gran Premio de Australia, primera fecha del Mundial 2018 de la Fórmula 1, se habló mucho del “modo fiesta” que habrían utilizado los Mercedes del inglés Lewis Hamilton y el finlandés Valtteri Bottas durante el fin de semana en el Albert Park.
Según dejó entrever el alemán Sebastian Vettel (Ferrari) eso fue lo que le permitió a Hamilton conseguir la pole en Melbourne con una superioridad notable. Aunque el campeón lo negó en medio de la conferencia de prensa, quedó flotando en el ambiente que esta variante le daría a las Flechas de Plata una potencia extra superior al resto del parque. Ahora bien, ¿cómo funcionan los modos de un motor en la F.1? Veamos…
Para construir un F.1 se necesitan más de un millón de horas de trabajo. Si bien algunos desarrollos se pueden ver a simple vista, principalmente los referidos a la aerodinámica, hay otros que están ocultos en el interior del monoposto.
Uno de ellos es la unidad de potencia (UP), que por reglamento es de 1.6 litros V6 con turbo y un sistema hibrido. La UP se compone de seis elementos diferentes: el motor de combustión interna (ICE, por sus siglas en inglés), el Turbo, el MGU-K (recupera la energía de las frenadas), el MGU-H (aprovecha la energía térmica de los escapes), la centralina electrónica y el sistema de almacenaje de energía (baterías). Estos elementos se combinan entre sí para ofrecer diferentes modos que ajustan el rendimiento del motor de combustión interna y el flujo de energía eléctrica.
El rendimiento del ICE se cambia, por ejemplo, variando la cantidad de combustible que se inyecta en la cámara de combustión o cambiando la sincronización de la ignición. Por el lado híbrido de la unidad de potencia, los modos alterarán la interacción y la programación de la energía eléctrica, tanto para el despliegue de la 120kW (máximo) de la MGU-K y la MGU-H.
La tarea principal de los modos es equilibrar el rendimiento y la fiabilidad. La Fórmula 1 es sinónimo de un gran rendimiento y performance, pero con sólo tres unidades de potencia por piloto para este año, la fiabilidad es cada vez más importante. Es por eso que se redujeron los modos de potencia más altos.
En Mercedes se utilizan tres modos básicos a lo largo del fin de semana: para las sesiones de entrenamientos libres, para la clasificación y otro para la carrera. Los tres pueden ser alterados con varias configuraciones para diferentes situaciones como controlar si la energía eléctrica se implementa completamente en una vuelta, se recupera o se usa de manera equilibrada (con el despliegue y la recuperación de energía equilibrándose entre sí).
Al inicio de la carrera, por ejemplo, los pilotos elijen un despliegue completo para defender o ganar una buena posición. Toda esa energía utilizada luego se recupera a lo largo del Gran Premio para emplearla en otras situaciones que se puedan presentar o que exija la estrategia elegida.
En la clasificación, en tanto, se utiliza el modo más potente, que Vettel bautizó como “party mode” (modo fiesta). El mismo puede ser utilizado en un par de vueltas durante la tanda entera o reservarse exclusivamente para la Q3, la fase final en la que se definen la pole position y las otras nueve posiciones de la grilla.
Los circuitos en los que tiene una mayor ingerencia el modo de los motores son aquellos con extensas rectas y muchas zonas de aceleración como Spa-Francorchamps (Bélgia) y Monza (Italia). También el callejero de Bakú, escenario de la cuarta fecha del torneo. Allí será la primera vez en el año en la que los modos del motor realmente tendrán relevancia.
