Mazda inició un proyecto de investigación con la empresa petrolífera estatal de Arabia Saudí, Saudi Aramco, y el Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología Industrial Avanzada de Japón (AIST), para hacer “más eficientes” los motores de combustión interna y reducir así las emisiones de CO2. Este proyecto conjunto buscará desarrollar un combustible de bajo contenido en carbono y, al mismo tiempo, investigar sobre motores de combustión interna susceptibles de alimentarse de él.
Según las estimaciones del fabricante de vehículos, en el año 2035 el 84 % del parque móvil mundial seguirá utilizando motores de combustión interna.
Las tres organizaciones trabajarán para reducir de manera “eficaz” el dióxido de carbono y desarrollar las tecnologías necesarias desde una perspectiva “del pozo a la rueda”, teniendo en cuenta todos los pasos del ciclo de vida de los combustibles, desde la extracción del petróleo hasta el consumo en el vehículo.
Saudi Aramco desarrollará, mediante un proceso de refinado, un combustible que genera menos emisiones de dióxido de carbono, y Mazda y el AIST estudiarán y desarrollarán un motor de capaz de utilizarlo.
Esta iniciativa es “coherente” con el planteamiento de Mazda de emplear distintas soluciones tecnológicas para reducir las emisiones totales de dióxido de carbono, ya que, en su opinión, hay que tener en cuenta todo el ciclo “desde la fuente de la energía al funcionamiento del vehículo”.
Además, se inscribe en su plan estratégico “Zoom-Zoom sostenible 2030” que presentó en agosto de 2017.