En 1971 el entusiasta motociclista Alan Clews tenía poco interés en ser un fabricante de motos. Trabajaba duro de lunes a viernes en un negocio familiar a la espera de la llegada del fin de semana para poder competir en carreras y triales internacionales.
Fue solo cuando su petición para comprar una moto oficial de BSA fue rechazada que Clews decidió construir su propia moto de competición en el garaje de su casa. Tal fue el éxito de sus esfuerzos que sus servicios crecieron y eso derivó en el nacimiento de Clews Competition Machines, que tiene su sede en Manchester (Reino Unido).
Desde entonces las letras CCM se convirtieron en sinónimo de éxitos internacionales múltiples en motocross, flat-track, triales, pruebas de supermoto y competiciones de carreras en carretera a los más altos niveles.
La línea de CCM está compuesta por bellísimos modelos artesanales que combinan lo clásico con lo moderno. La línea se llama Spitfire y está basada en los estilos Scrambler, Bobber, Café Racer y Flat Tracker. Todas están equipadas con un motor monocilíndrico de 600cc y 55 CV.
Desde el principio, CCM ha hecho las cosas a su manera. La diferencia más notable que separa a la marca británica del resto es la forma en que venden motocicletas: lo hace directamente y sin intermediarios.
La mayoría de los fabricantes comercializan sus productos a través de una red de distribuidores en todo el mundo y, aunque sea una manera eficiente y una forma rentable de trabajar, el sistema no les permite realmente saber quiénes son sus consumidores. CCM dejó ese esquema de lado y los números demuestran que no se equivocó.
Hasta la fecha, la empresa ha tomado más de 1.200 pedidos de la Spitfire directamente, y esas motocicletas ya pedidas están actualmente en producción. Y las que fueron terminadas ya fueron recogidas por sus flamantes dueños en la sede de CCM.
Actualmente, los modelos Spitfire están disponibles para pedidos solo en el Reino Unido, dejando al resto del mundo frustrado por no poder tener en sus manos una motocicleta tan increíble. Esto se debe a que las motos no respetan la homologación E4 que obligaría a CCM a rediseñar y desarrollar sus productos especialmente para el mercado europeo.
Pero esa es la próxima meta de la compañía, que tiene pensado instalarse en cuatro mercados claves antes de que termine 2020: Francia, Italia, España y Alemania.
Algunos de los mejores inventos a menudo se encuentran sin una planificación previa y para CCM ése fue definitivamente el caso…