A punto de cumplir 59 años (nació el 12 de abril de 1962), el español Carlos Sainz está listo para su 14ª participación en el rally Dakar, donde saldrá a demostrar que la edad es lo de menos cuando la pasión sigue intacta. Ya lo hizo en enero pasado cuando fue invencible en la primera aventura dakariana en Arabia Saudita y consiguió su tercer éxito en la carrera más dura del mundo.
“Si se pudiera ver dentro del casco cuando estoy pilotando se me vería con una gran sonrisa porque sigo disfrutando cada vez que me subo a un coche de carreras y, a día de hoy, sigo entrenando con la misma ilusión que un muchacho de 20 años”, admitió el Matador, que defenderá la corona con el buggy MINI del X-Raid.
Más allá de la motivación, Sainz también admite que a esas ganas hay que acompañarlas con trabajo. “Yo tengo una fórmula que desde hace muchos años me funciona y es la de trabajar. Mantener la ambición para seguir participando es fácil yo no necesito motivación extra…”, explica el campeón, que volverá a ser navegado por su compatriota Lucas Cruz.
“Todos los deportistas profesionales tienen ese hambre de entrenar y ganar. Desde el momento en el que te planteas participar en algo compites para vencer”, afirma con razón. Y luego agrega: “Quiero pensar que uno tiene que darlo todo porque la gente de alrededor espera que lo des todo”.
Sainz sabe que, sin proponérselo, su participación en una competencia tan particular termina siendo algo positivo: “A veces pienso sobre qué pensarán los jóvenes de ver a alguien tan veterano compitiendo en una carrera así, pero luego también pienso que a lo mejor les sirve para motivarse y para saber que hay un camino largo y que lo que cuenta es el crono, no el carnet de identidad”.
Para afrontar un reto como el Dakar, señala como clave la preparación supervisada por profesionales, ser disciplinado y, sobre todo, “respetar la carrera” porque “si pretendes ir al Dakar sin entrenar es que no sabes adónde vas, por lo que es mejor quedarse en casa… Es una carrera despiadada y cuando tienes días duros tienes que pasar página”, comentó.
Más allá de eso, admitió que la preparación para este Dakar 2021 fue diferente, “principalmente por el coronavirus”, aunque admite que “las expectativas son altas” y el objetivo es “defender la corona”.
Sobre su vehículo indicó: “Nos hemos centrado en las suspensiones, que es un área donde siempre trabajamos porque ahí se puede arañar más tiempo. También vamos a tener un coche un poco más ancho y unos amortiguadores un poco más optimizados respecto al año pasado”.
Igual sabe que habrá algunas cosas que deberá enfrentar. “El hecho de que el road-book se vaya a entregar antes de todas las etapas va a dificultar mucho la tarea, especialmente la de los copilotos”, dice. Y tampoco esconde la importancia de “la limitación de asistencia que habrá en las etapas maratón, donde poder disponer de una rueda de repuesto extra, por ejemplo, se penalizará con 15 minutos… Así que habrá que cuidar los neumáticos y tener algo de suerte porque esas etapas pueden penalizar mucho”.
Finalmente, reconoció que siempre se aprende de las carreras y el que no está dispuesto a hacerlo está muy equivocado. “La experiencia es fundamental en cualquier competición y la edad te ayuda a competir con gente más joven. Aplicar tus conocimientos a lo largo de los años en una carrera e incluso en la vida misma es fundamental”, sentenció.