En el automovilismo argentino no es habitual que un piloto Top tenga un fin de semana libre entre febrero y diciembre porque la mayoría corre en tres categorías. Tal es el caso de Agustín Canapino, quien compite en el Turismo Carretera, el Súper TC2000 y el Top Race. El pasado fin de semana no hubo actividad de ninguna de estas divisiones, pero el Titán igual decidió calzarse el buzo y el casco. Es que debutó en el Stock Car Brasil en la cita más relevante del calendario: La Carrera del Millón, que se realizó en Goiania.
El arrecifeño representó a Chevrolet, marca con la que tiene un contrato de varios años y a la que defiende en el STC2000. Gracias a la gestión de General Motor Mercosur, división que dirige el argentino Carlos Zarlenga, corrió con un auto del Cimed Chevrolet y tuvo como compañeros al ex F-1 Felipe Massa, Cacá Bueno, Marcos Gomes, Felipe Fraga y Lucas Foresti.
Con todo por conocer, Canapino tuvo un weekend que fue de menos a más. Incluso a pesar de su medio mecánico, que tuvo infinidad de problemas. Fue 30º en las pruebas del viernes, quedó 26º en la tanda libre del sábado por la mañana y 29º en la clasificación a medio segundo de Daniel Serra (Eurofarma RC), quien dominó la primera parte de la tanda cronometrada y luego se quedó con la pole position.
En la carrera el múltiple campeón argentino sacó a relucir su talento y garra. Pese a las fallas de su auto cruzó 12º la bandera de cuadros a 18 segundos de Rubens Barrichello (Full Time Sports), quien se quedó con la gloria y el millón de reales de premio. El ex piloto de Ferrari, que también se impuso en esta prueba especial en 2014, fue acompañado en el podio por Max Wilson (Eurofarma RC), que llegó a 684/1000; y Felix da Costa (Hero Motorsport II), que arribó a 1s250 del vencedor.
“Tuve muchos problemas. En el cambio de neumáticos se trabó la goma y cuando volví a la pista quedé último. Puede recuperar, pero después dejó de funcionar el botón del push to pass y a penas logré mantenerme en la pelea”, contó Agustín, que sin el P2P se perdió la posibilidad de usar los 90 caballos de potencia extra que tienen estos impulsores de 460 burros. “Más allá de todo esto terminé con el auto sano y me divertí mucho con todas las batallas que tuve. Me voy contento con la experiencia, aunque no logré el resultado que vine a buscar. Pero así son las carreras”, añadió.
Fue una experiencia más para un gran piloto, que cada vez que sale a la pista demuestra de qué está hecho.