La temporada de 1996 ofreció lo mejor de las carreras de turismos. Los coches de la Clase 1 contaban con una tecnología equiparable a la de la Fórmula 1. Con la aprobación de la Federación Internacional del Automóvil, el DTM alemán se convirtió en el Campeonato Internacional de Turismos (ITC). Las carreras se celebraron por todo el mundo, desde Hockenheim, en Alemania, hasta Sao Paulo, en Brasil. Se retransmitían en directo por televisión y cada carrera pegaba a los aficionados a sus televisores, con famosos pilotos y emocionantes maniobras de adelantamiento.
Al final de la temporada, Opel celebró el mayor éxito de su historia en competición al ganar los campeonatos de pilotos y constructores, frente a la feroz competencia presentada por Alfa Romeo y Mercedes. El Opel Calibra V6 4×4 y Manuel Reuter se proclamaron monarcas del ITC en aquel año.
La alineación de pilotos estaba plagada de estrellas. Antiguos pilotos de F.1, como Alessandro Nannini, J.J. Lehto y Hans-Joachim Stuck, compitieron con jóvenes estrellas como Giancarlo Fisichella y los ganadores del DTM, Nicola Larini (1993), Klaus Ludwig (1994) y Bernd Schneider (1995).
Los turismos de la Clase 1 contaban con una alta tecnología: motores V6 de 2.5 litros de cilindrada y 500 CV, chasis con pedigree y, en el caso del Opel Calibra, tracción a las cuatro ruedas con ABS y un cambio semiautomático mediante el cual las marchas se cambiaban en fracciones de segundo desde unas levas tras el volante.
Los tiempos por vuelta que conseguían los turismos del ITC eran equiparables a los de la Fórmula 3000 Internacional, la antesala por la que tenían que pasar los aspirantes a pilotos de Fórmula 1 de aquella época.
LA TEMPORADA 1996 DEL ITC
Para Opel, la temporada arrancó con un comienzo de ensueño en su casa, en Hockenheim. El 14 de abril de 1996, Reuter consiguió la victoria con su Calibra “Cliff” en la primera de las dos mangas. El piloto de Mainz, Alemania, se aseguró el campeonato en una accidentada carrera bajo la lluvia en Sao Paulo, en la que pudo dejar atrás a Schneider (Mercedes), campeón del año anterior y su mayor rival por el título.
Además del título de pilotos, Opel también se alzó con el primer puesto en el campeonato de constructores en el final de temporada en Suzuka, Japón, con 349 puntos, por delante de Alfa Romeo (340 puntos) y Mercedes (305).
Los pilotos del Calibra consiguieron nueve victorias: cuatro de Ludwig (Opel Team Zakspeed), tres de Reuter (Joest) y dos de “Strietzel” Stuck (Rosberg), así como otros 19 podios en las 26 carreras.
LA TECNOLOGÍA DEL OPEL CALIBRA V6
Con un motor V6 basado en el del Opel Monterey, el Calibra desarrollaba alrededor de 500 CV en la temporada de 1996. Cosworth Engineering llevó a cabo un desarrollo adicional durante la temporada. El bloque de aluminio era más ligero en comparación con su predecesor. El mayor ángulo de inclinación (75 grados en lugar de 54 grados) permitió reducir su altura total y, por lo tanto, conseguir un centro de gravedad más favorable, que también permitió recurrir a entradas de aire más planas.
Además, tenía un cambio semiautomático de seis velocidades de accionamiento hidráulico. Esta tecnología, desarrollada junto a Williams GP Engineering, socio de Opel, reducía la carga de trabajo del piloto, especialmente en situaciones de carrera complicadas, y evitaba sobrepasar el límite de revoluciones de los motores.
Un sistema hidráulico de alta presión gestionaba la caja de cambios secuencial. El conductor cambiaba las marchas a través de unas levas situadas tras el volante o pulsando un botón. El Calibra precisaba sólo 0,004 segundos para pasar los cambios, con el accionamiento del embrague incluido.
Otro sistema hidráulico variaba las presiones en los bloqueos del diferencial. Los sensores medían el deslizamiento de las ruedas y la unidad de control electrónico traducía la información recogida para conseguir la presión hidráulica óptima: aumentándola en las aceleraciones, por ejemplo, y cerrando así el bloqueo del diferencial.
Una vez registrada la trayectoria en el ordenador y, por lo tanto, el comportamiento de la tracción en cada punto, se podía programar el bloqueo de los diferenciales, así como el ajuste automático de las barras estabilizadoras. La estabilidad del Calibra ITC también mejoró considerablemente gracias al trabajo de los especialistas en aerodinámica: con 200 horas de trabajo en el túnel de viento, aumentaron la carga aerodinámica en un asombroso 28%.
Con la victoria de Opel en la temporada 1996, la era de los turismos de la Clase 1 alcanzó su punto álgido. Los “Fórmula 1 con techo” se habían vuelto demasiado caros tanto en términos de desarrollo como en costos de competición. El ITC pasó a la historia tras sólo dos años.