Además de usar el casco como protección, los pilotos también los aprovechan para reflejar su personalidad a través de su decoración. Algunos de esos diseños se han convertido en icónicos con el paso del tiempo. Tal es el caso del utilizado por el brasileño Ayrton Senna, cuyos colores dejaron en claro su amor por su país.
A diferencia de lo que ocurre con algunos corredores de la actualidad, que suelen cambiar los diseños de un año a otro, Senna lo mantuvo prácticamente inalterable a lo largo de su campaña deportiva.
Durante sus primeros años en el karting utilizó uno totalmente blanco, al que luego le sumó tres franjas, una amarilla, otra verde y la restante azul. En en 1978, en ocasión del Mundial de la especialidad en Le Mans, reemplazó la decoración con uno amarillo, con el agregado de una fina linea longitudinal verde.
Al año siguiente, en el Mundial de Karting en Estoril, estrenó la decoración creada por el diseñador Sid Mosca que hoy todos conocemos. Se mantuvo la base amarilla, pero con dos franjas espaciadas y paralelas azul y verde, remarcadas en blanco, a la altura del visor.
Con ese modelo Senna disputó sus últimas competencias en karting, emigró a Europa para participar en categorías promocionales y llegó a la Fórmula 1, donde logró tres títulos (1988, 1990 y 1991).
El objetivo del Sid Mosca con este diseño fue homenajear a Brasil y, al mismo tiempo, evocar una sensación de velocidad, algo que fue fácil de conseguir gracias al talento natural de Senna.
Durante los años del brasileño en la máxima categoría el diseño sufrió sutiles cambios: se reemplazó la franja azul por el negro y el tono del amarillo llegó a ser semi fluorescente. Sin embargo, su esencia se mantuvo intacta.
Más allá de esos pequeños cambios, el casco de Senna se convirtió en un símbolo y para muchos es el más emblemático de la F.1.