El automovilismo argentino continúa en boxes, pese a que todo apuntaba a que la actividad iba a retornar el fin de semana en el autódromo Roberto Mouras de La Plata con la tercera fecha del Turismo Carretera. Lamentablemente, las autoridades nacionales consideraron que no estaban dadas las condiciones como para iniciar una nueva normalidad en el deporte motor en medio de esta pandemia de coronavirus.
Pilotos, preparadores y dueños de equipo mostraron su fastidio. Incluso el hashtag #AutomovilismoYa fue tendencia durante buena parte del día. Pero pese a eso no hay indicios que la decisión se revierta, al menos en las próximas horas. Para muchos esto se debe a que aquellos que toman decisiones desconocen cómo es la industria del automovilismo, que involucra a miles de personas y mueve millones de pesos.
“La gente cree que somos millonarios que nos juntamos a correr”, ejemplificó Christian Ledesma en una entrevista a MundoSport (de lunes a viernes de 18 a 19 por La 990). Y en parte tiene razón ya que hay un profundo desconocimiento de la actividad, que a veces hasta fastidia e indigna.
Los medios masivos solo hablan del deporte cuando hay algún accidente espectacular o cuando alguien relacionado con la disciplina está involucrado en algún escándalo. Y ha pasado en varios casos que al personaje en cuestión siempre se lo vincula con el Turismo Carretera, por más que jamás allá corrido allí… El TC tiene ese “estigma” por ser la categoría más popular, sin dudas.
De hecho, también hay una gran confusión sobre las categorías que corren en el país porque les resulta difícil diferenciarlas. El mejor ejemplo es cuando hablan del Súper TC2000 y le dicen Súper TC… Esa mezcolanza, sin dudas, está alimentada por la semejanza de lo nombres de los campeonatos y la palabra “Turismo”, que obviamente hace referencia al tipo de vehículo que se utiliza…
Como dijo Lesdesma, el común de la gente piensa que los pilotos son potentados amantes de la velocidad que llegan con su bolsito y su casco a un autódromo para sentir un poco de adrenalina. Es verdad que los hay, pero son los menos. Buena parte de los que practican el automovilismo lo toman como un trabajo por la necesidad que implica buscar el dinero que les permita solventar su proyecto deportivo y, al mismo tiempo, vivir.
Por cada piloto hay un grupo de gente detrás. Está el dueño del equipo, los mecánicos, los ingenieros. Y, a su vez, para armar un auto se necesitan los servicios de chasistas y de motoristas. Que al mismo tiempo requieren de piezas y repuestos que consiguen de empresas específicas porque no son elementos comunes.
Y las carreras también involucran a un montón de personas. Desde los miembros de la organización de cada campeonato, hasta los banderilleros, auxiliares de pista, carperos, gomeros, médicos, bomberos, policías. También están los medios especializados, ya sean de TV, radios, diarios o webs. Hay fotógrafos, periodistas, camarógrafos, técnicos… La cantidad de personal involucrado crece según la importancia de las categorías. No es lo mismo un certamen regional, donde las exigencias son menores, que un torneo nacional.
El automovilismo en la Argentina es una movida que no se equipara con otro deporte, ni siquiera con el fútbol. El impacto económico que genera una competencia de Turismo Carretera, Súper TC2000 o Turismo Nacional en una zona se cuenta por millones y millones de pesos. Sencillamente porque están involucradas cientos de personas que durante tres días se instalan en ciudades utilizando todos sus recursos. Y todo eso sin contar al público, que oscila entre las 5.000 y las 35.000 personas…
En fin. El deporte motor, ya sea autos o motos, es mucho más de lo que piensan aquellos que toman las decisiones en este infierno llamado coronavirus. Por eso se pide volver con las medidas necesarias, para la cual todas las categorías ya están preparadas.
No es tan difícil de entender, eso solo cuestión de informarse y aceptar que se deben tomar riesgos en un contexto que no le debe ser indiferente a la necesidad de trabajar para vivir. #AutomovilismoYa.