La disputa entre la Asociación Corredores Turismo Carretera y el Automóvil Club Argentino por la fiscalización del Turismo Nacional y el Turismo Pista tuvo un nuevo capítulo durante la entrega de premios a los campeones de la temporada 2023 organizado por el ACA.
Durante la ceremonia, el Dr. Jorge Rosales, presidente de la centenaria institución, afirmó que ambas categorías mantendrán la fiscalización de la Comisión Deportiva Automovilística pese a que la ACTC aseguró lo contrario. “Haremos lo que tengamos que hacer… Ustedes, con seguridad, seguirán compitiendo bajo la órbita de la CDA”, explicó Rosales durante el discurso frente a los monarcas de las categorías nacionales.
La postura de Rosales está sustentada por un motivo: el ACA es la única institución que tiene el poder deportivo en el país otorgado por la Federación Internacional del Automóvil.
El conflicto se desató hace algunas semanas cuando la CDA comunicó que a partir de 2024 todas las categorías del automovilismo argentino, nacionales y zonales, debían contar con licencias médicas expedidas por la Asociación Argentina de Volantes.
Esta medida perjudica a la ACTC, que a través de la empresa Medicina de Alta Competencia (MAC), expide sus licencias a las categorías de la Federación Metropolitana de Automovilismo, una de las federaciones que dependen de la CDA.
Eugenio Breard, quien ahora está al frente de la CDA tras la licencia que se tomó el Ing. Carlos García Remohí, le pidió a Hugo Mazzacane, titular de la ACTC, que cumpla con el Reglamento Deportivo Automovilístico (RDA) y actúe como fiscalizador y no preste otros servicios, como lo hacía a través de MAC.
Ante esta situación, MAC le envió al ACA una carta documento en la que, palabras más, palabras menos, decía que les llamaba la atención esta decisión “después de años de pacífica relación”. Años en los que el García Remohí era el interlocutor entre las dos instituciones… “La pacífica relación puede seguir y lo que dice el RDA se debe cumplir”, afirmó Breard.
Si la ACTC y el ACA no se ponen de acuerdo, esto podría tener serias consecuencias para los pilotos que corren en categorías fiscalizadas por ambas entidades. Esto ya ocurrió en 2001 cuando, por un conflicto similar, los pilotos que tenían licencias del ACA no podían correr en las categorías fiscalizadas por la ACTC y viceversa.