Audi sigue adelante con su “onda verde“, un proyecto para conectar sus coches con los semáforos de las ciudades y generar un desplazamiento constante que evite paradas innecesarias que aumenten el gasto de combustible.
Todo comenzó en 2016 en Estados Unidos en Las Vegas y continuó en Nueva York y Manhattan (está disponible en más de 10.000 intersecciones del país del norte) y sigue ahora con su implementación en Alemania: ya está operativo en Ingoldstat y se está implantando en Düsseldorf.
Para ello es necesario que el vehículo equipe el asistente Audi Traffic Light Information, que permite a los conductores conocer de antemano cuándo los semáforos se pondrán en verde gracias a la tecnología V2I de comunicación de los vehículos con las infraestructuras.
El citado asistente consta de dos funciones: indicación de la velocidad óptima para luz verde (GLOSA: Green Light Optimized Speed Advisory) y tiempo restante para que el semáforo se ponga verde (Time-to-Green).
La función GLOSA calcula la velocidad ideal para obtener la denominada “onda verde”, de tal forma que si se circula a la que recomienda el vehículo se llegará en verde al siguiente semáforo y se continuará la marcha.
Según Audi, esto evitará acelerar innecesariamente, reducirá el estrés y conllevará una mayor seguridad para todos los usuarios de un mismo vial.
La función GLOSA también puede sugerir reducir gradualmente la velocidad unos 250 metros antes de los semáforos para que el conductor y los coches que circulan detrás lleguen al cruce cuando el semáforo se ponga verde, con lo que se reduce una circulación ineficiente de paradas y arranques.
Pero si no ha habido suerte y, al final, la luz se ha puesto roja, el Time-To-Green nos muestra los segundos que faltan para que vuelva a abrirse el semáforo.
Para Audi ese tiempo puede ser utilizado por el conductor para relajarse, levantar el pie del acelerador y ahorrar combustible (en un proyecto piloto, Audi registró una reducción en los consumos del 15%).
Audi ha desarrollado esta tecnología junto a Traffic Technology Service (TTS), con el que ha creado un algoritmo analítico que calcula predicciones a partir de tres fuentes.
La primera es el programa de control de las señales de tráfico, la segunda proviene de los datos en tiempo real del ordenador de tráfico, de una combinación de cámaras de tráfico, de las líneas detectoras en la superficie de la carretera, de los datos sobre autobuses o tranvías que se aproximen y de botones que pulsan los peatones; y la tercera un registro histórico de datos.
El algoritmo predictivo se mejora a sí mismo continuamente y aprende, por ejemplo, cómo cambia el volumen de tráfico de acceso a la ciudad por las mañanas o cuándo los niños salen de las guarderías y las escuelas.
Además, los vehículos del fabricante alemán envían datos anónimos a un servidor de Audi, que comprueba si los cruces reales de los semáforos se corresponden con los datos previstos.