Avus, ASF, Ai2 o Rosemeyer son algunos de los prototipos que Audi ha presentado en los últimos 40 años en los salones del automóvil y que han anticipado muchos de los modelos que luego fueron comercializados. Su filosofía, en la mayoría de las ocasiones, ha sido construirlos totalmente y hacerlos así funcionales, en vez de plasmarlos solo en una hoja de papel.
Un ejemplo es el Audi quattro Spyder Concept (1991), que anticipaba el uso masivo de aluminio en la carrocería para ganar en ligereza, eficiencia y dinámica. Ese concept fue la base del R8 que llegaría en 2008.
El superdeportivo Audi Avus quattro concept (1991) también apostaba por el aluminio y fue la base de la berlina A8 para la que planteaba un W12 naftero de seis litros y 509 CV; mientras que el Audi ASF (1993) mostraba el sustituto del V8 (el buque insignia de la marca) con una carrocería de 249 kilos y un motor adelantado a su tiempo el diésel V8 TDI de 3,4 litros. Pocos meses después, en 1994, se estrenaba el A8 de calle.
En 1997 se desveló el Audi AI2, en el que se basaría posteriormente el monovolumen A2 de 1999, con el diésel 1.2 TDI y sistema de parada y arranque automático del motor (start/stop).
El Audi Rosemeyer (2000) tomó el apellido del piloto alemán de los años ‘30 para un prototipo sin espejos retrovisores exteriores, que fueron sustituidos por unas cámaras. Esta tecnología la equipa actualmente el primer eléctrico de la marca, el e-tron (2018).
En 2003 le tocó el turno al Audi Pikes Peak quattro, que con 6 plazas, instrumentación proyectada mediante láser y un motor V8 de 500 CV, daba la salida al que sería el primer SUV de la marca, el Q7.
Ese mismo ese año el Audi Nuvolari quattro, un GT que no llegó a producción, desveló tecnologías que arribaron a los concesionarios, como las luces Led o el motor V10 biturbo de 5 litros que posteriormente propulsó a los R8, S8, S6 y RS6.
También en 2003, y para conmemorar las victorias del fabricante alemán en las 24 Horas de Le Mans, se presentó el biplaza Audi Le Mans quattro concept de 610 CV con aerodinámica activa, amortiguadores activos y discos de frenos cerámicos. Fue el “padre” del R8 que se comercializó en 2006.
Este último año fue el del Audi Roadjet Concept con caja automática de doble embrague, modos de conducción y dirección dinámica. Le siguieron, en 2007, el Cross Coupé quattro, que anticipaba el todocamino Q3; y el Audi A1 project quattro que dejaba intuir las formas del A1 de tres puertas (2010).
En 2009 se presentó la berlina coupé Audi Sportback concept con 225 CV y aparcamiento automático, de la que se derivó el A7 Sportback; en 2012 el Audi Crosslane Coupé híbrido enchufable, que sentaba las bases de los nuevos modelos Q, los SUV; y en 2013 el Audi Sport quattro concept híbrido enchufable de 700 CV, que luego se actualizó en 2014 con faros matrix de Led con luz láser (Audi Sport quattro laserlight).
El paso del actual sistema eléctrico convencional de 12V a 48V lo mostró, en 2014, el Audi RS 5 TDI concept; mientras que, ese mismo año, el Audi RS7 piloted driving concept dejaba claro lo que iba a ser la conducción autónoma en el circuito alemán de Hockenheim a ritmo de carrera.
De 2015 a 2019, los diferentes prototipos –Audi e-tron quattro concept, Audi Q8 concept, Audi e-tron GT concept y Audi Q4 e-tron concept– adelantaron el estilo de los actuales y próximos miembros de la familia de eléctricos e-tron.
En paralelo (2017-2019) la familia AI (Aicon concept, AI:RACE, AI:ME y AI:Trail) se centró en prototipos futuristas sostenibles y que encarnan el nuevo modelo de movilidad que está por llegar.
