Solo 25 personas en todo el mundo podrán hacerse con una unidad de la edición limitada del nuevo Aston Martin DB5 Goldfinger, el coche más mítico del héroe cinematográfico James Bond.
Todos los Aston Martin DB5 Goldfinger Continuation serán una reproducción “auténtica y meticulosamente detallada” del DB5 que se vio en pantalla, con algunas modificaciones y mejoras para asegurar los altos niveles de calidad, de construcción y de fiabilidad actuales. Todos los coches de la edición de Goldfinger van a pintarse en la pintura Silver Birch, igual que el original.
Este deportivo, al igual que el empleado por el agente secreto británico 007, incluirá algunos de los “dispositivos extras” con los que lograba huir de sus enemigos como sistema de pantalla de humo trasero y simulado de aceite, matrículas giratorias delanteras y traseras o escudo trasero resistente a balas.
En colaboración con el supervisor de efectos especiales de las películas de James Bond, Chris Corbould, han diseñado ametralledoras simuladas, arietes delanteros y traseros o simulador de neumáticos. Opcionalmente, puede montar panel del techo del asiento del pasajero extraíble.
En el interior, el propietario, encontrará mapa con radar simulado de seguimiento de pantalla, teléfono en la puerta del conductor, armas ocultas bajo el asiento/bandeja de almacenamiento y mando a distancia para la activación del sistema.
El nuevo Aston Martin DB5 Goldfinger monta un propulsor naftero de 4 litros de de seis cilindros en línea con una cabeza de seis bujías, tres carburadores SU y un refrigerador de aceite. El conjunto es capaz de generar 290 CV. La transmisión, de la marca ZF, es manual de cinco velocidades y la tracción es trasera. Además equipa diferencial mecánico de deslizamiento limitado.
La primera unidad del Aston Martin DB5 Goldfinger Continuation, en el que han trabajado muchos de los artesanos e ingenieros más talentosos del Reino Unido, salió de la línea de montaje la semana pasada y en ella se han empleado unas 4.500 horas de trabajo.
Entre 1963 y 1965, Aston Martin construyó 900 unidades del DB5 que James Bond pilotó por primera vez en 1964 en el largometraje Golfinger.