A principios de la década de 1950, mientras dirigía su equipo de competición que participaba en la joven Fórmula 1, Enzo Ferrari decidió incursionar en la motonáutica tras aceptar motorizar una embarcación que se estaba fabricando a pedido de Achille Castoldi, muy amigo de Alberto Ascari y Luigi Villoresi, entonces pilotos de la Scuderia.
La nave fue concebida por el astillero Cantiere Timossi; mientras que el propio Ferrari se involucró en el proceso de adaptar un motor de F.1 a esta lancha pura sangre que fue bautizada como Arno XI. Además de Don Enzo también participó del proyecto Aurelio Lampredi, jefe de diseño de motor de Ferrari, y todo su equipo de ingenieros.
El impulsor elegido fue el 4.5 litros, modelo 375, de 12 cilindros, con el que la marca italiana había ganado el Gran Premio de Gran Bretaña de 1951, que quedó en la historia por ser su primer éxito en la categoría. Y todo gracias a un argentino: José Froilán González… Con esa misma planta motriz, además, la Scuderia dominó en 1952 y logró su primera corona en la especialidad con Ascari.
El 375 tenía una compresión de 12:1 con suficiente potencia para impulsar la hélice de doble paleta hasta 10.000 RPM. Estaba equipado con un sistema de encendido por magneto doble, con 24 bujías en lugar de las habituales 12. El uso de magnetos en lugar de tapas del distribuidor aseguraba que el motor continuará funcionando, incluso si estaba cubierto de agua.
Originalmente producía 350 CV, pero luego de algunas pruebas iniciales y carreras durante 1952, Enzo Ferrari ordenó que se modificara para usar metanol como combustible con el fin de aumentar los índices de compresión. Se añadieron dos compresores Roots y un par de carburadores grandes de cuatro cebadores, lo que dio como resultado un motor con más de 500 CV.
El Arno XI logró su objetivo de batir récords, uno de los cuales aún está vigente: los más de 240 km/h que alcanzó en el Lago Iseo, Italia, en 1953.
En la actualidad la embarcación pertenece al empresario estadounidense Milton Verret, quien le encargó la restauración de este singular motor a Ferrari Classiche, la división de la marca italiana responsable de restaurar las Ferraris clásicas a su estado original.
“Como coleccionista de Ferraris únicas y extraordinarias, sé que nada se compara con un barco de carrera equipado con un motor Ferrari preparado para F.1. Si a eso se le agrega la participación personal de Enzo, estamos ante un motor en funcionamiento por el que la mayoría de los entusiastas de los vehículos deportivos morirían. Es simplemente único”, admitió Verret, el cuarto propietario que tiene esta nave.
Obviamente, en Ferrari Classiche aceptaron el desafío con los brazos abiertos. “Este es uno de los motores más importantes de la historia de Ferrari”, dijo Luigino Barp, jefe del departamento.
“Hemos restaurado las Ferraris más extraordinarias y valiosas jamás fabricadas, pero, obviamente, solo hemos trabajado con motores y carrocerías de autos. Restaurar este motor Ferrari de 1952, especialmente fabricado a mano para esta instalación única, es la máxima emoción en la vida de todos quienes estamos en la sede central de Ferrari”, agregó.
“Cuando mi equipo en Ferrari termine el trabajo en el motor, funcionará del mismo modo en que lo hizo cuando Castoldi y nuestro fundador, Enzo Ferrari, lo encendieron por primera vez en 1952”, añadió Barp.
Desde 2012, el Arno XI ha sido prestado por Verret a dos mundialmente famosos museos Ferrari en Italia. Ferrari Classiche espera finalizar el trabajo en el barco antes de fin de año ya que su dueño tiene planes de realizar una gira mundial para mostrarlo a los fans de Ferrari de todo el planeta.
