El domingo 1 de julio de 1979 el circuito de Dijon-Prenois fue escenario del Gran Premio de Francia valido por la octava fecha del Mundial de Fórmula 1. Ante más de 80.000 espectadores, el equipo Renault y sus pilotos, los franceses Jean-Pierre Jabouille y Rene Arnoux, llegaron como grandes favoritos a ganar y a hacer historia con el motor turbo del RS10.
Los galos no fallaron en la clasificación y lograron el 1-2 con Jabouille adelante gracias al tiempazo de 1m07s19/1000 que le permitió bajar en cinco segundos el récord logrado por el estadounidense Mario Andretti (Lotus-Cosworth) dos años antes.
En la competencia se esperaba que los autos del Rombo dominaran con autoridad. Si bien el canadiense Gilles Villeneuve (Ferrari) se puso al frente gracias a una buena largada que le permitió saltar del tercer lugar al primero, Jabouille lo superó y logró ganar.
Además de conseguir su primer éxito en la categoría, logró el primero también de un auto equipado con un motor turboalimentado. El objetivo de hacer historia estaba cumplido…
Pero esa carrera también se recuerda especialmente por otra cosa: el espectacular duelo entre Arnoux y Villeneuve por el segundo lugar. Fue una batalla rueda a rueda que se definió a favor del piloto de la Scuderia por solo 24/100.