El circuito urbano de Montecarlo, escenario del Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1, presenció el retorno al triunfo de Charles Leclerc, quien se deshizo de su mala racha con una victoria dominante en su tierra natal. Con su sexta victoria en la máxima categoría, Leclerc no solo aseguró su lugar en la historia, sino que también otorgó a Ferrari su 245º éxito en la especialidad y el décimo éxito en el Principado.
Leclerc demostró su velocidad desde los entrenamientos al ser el más rápido durante todo el fin de semana. En la carrera, su elección de neumáticos y la gestión estratégica fueron clave para su victoria. Junto a él en el podio estuvieron Oscar Piastri, quien igualó su mejor resultado con McLaren, y Carlos Sainz, otro destacado piloto de Ferrari.
Las estrategias de neumáticos se dividieron en dos grupos, pero la bandera roja tras el accidente entre Sergio Pérez (Red Bull) y los Haas de Kevin Magnussen y Nico Hulkenberg alteró el juego. Los que pilotos siguieron en carrera aprovecharon para cambiar neumáticos sin perder posición, lo que permitió un desarrollo sin pit stops obligatorios.
Quienes arrancaron con el neumático Pirelli C3 pasaron al C4 y viceversa, ya que ambos compuestos eran perfectamente capaces de llegar hasta la meta sin necesidad de visitar el pit lane. La única excepción fue Logan Sargeant (Williams), que mantuvo el mismo set de duros que utilizó para la salida inicial.
Charles Leclerc fue profeta en su tierra y ganó el GP de Mónaco
Desde que se apagaron los semáforos de nuevo a la bandera a cuadros hubo algunas visitas a boxes, pero tan sólo se produjeron cuando las ventanas del tráfico lo permitieron, de modo que no se cediera posición en la maniobra.
“Desde el punto de vista de los neumáticos, la carrera de Mónaco no suele ofrecer muchas opciones, y las pocas que había quedaron prácticamente neutralizadas tras la bandera roja en la vuelta inicial. De hecho, la interrupción convirtió en innecesarios los pit stops. Sabíamos que tanto el como puesto Duro como el Medio podían cubrir toda la distancia si se gestionaban de forma adecuada, y eso es lo que casi todos los pilotos hicieron”, analizó Mario Isola, responsable de Pirelli.
“Se formaron grupos en función del compuesto que montaban y, en algunos casos, jugaron al gato y el ratón con la esperanza de que alguien cometiera algún error, pero esto no acabó de generar ningún tipo de opciones de adelantamiento o de cambios en la estrategia. Quienes pasaron por boxes lo hicieron para aprovechar una ‘parada gratis’, esto es, que no les hiciera perder posición. Todos ellos tuvieron algunos momentos de aire limpio para tirar casi dos segundos más rápido que quienes gestionaban sus gomas. Pero entonces, cuando se vieron en el tráfico, tuvieron que quedarse al ritmo de quien rodaba delante. Esto explica que las diez primeras posiciones no sufrieran cambio alguno desde la primera a la última vuelta”, agregó.
Tras dos citas en Europa, la Fórmula 1 cruza el charco una vez más para instalarse en Montreal para el GP de Canadá, del 7 al 9 de junio. Se trata de un emplazamiento histórico para el campeonato, que visita desde 1967.
EL GRAN PREMIO DE MÓNACO EN FOTOS
