“Estamos en la misma condición que el resto de los comerciantes con el agravante que nosotros estuvimos los dos últimos años prácticamente sin rentabilidad y sosteniendo todo con nuestros propios ahorros”. Con esa frase, Alberto Príncipe, presidente de la Cámara de Comercio Automotor, pone un contexto a la situación de los concesionarios de autos usados del país en medio del aislamiento obligatorio por la pandemia de coronavirus.
“Respetamos lo que nos dijo el gobirno para preservar lo más posible a la comunidad y a nosotros mismos. En este momento las cortinas de nuestros concesionarias y agencias de autos usados están cerradas”, le dijo Príncipe a Automundo.
“En estos dos últimos años hemos mantenido el volumen, pero sin rentabilidad. Ahora nuestra situación se agrava con el lucro cesante y los costos que seguimos teniendo porque el gobierno aún no se ha expedido sobre qué va a hacer con este tipo de comercios que están muy gravados para la rentabilidad con la que se marca. Siempre digo que el auto es el bien comercial con menos rentabilidad que hay”, agrega.
Cómo ejemplo de sus palabras vale decir que los autos usados tienen un gravamen del 14 por ciento casi igual que un vehículo cero kilómetro, aunque con costos operativos muy superiores a cualquier otro comerciante por el tamaño del local que se necesita para operar.
Según los registros de la CCA, hay más de 10.000 vendedores de autos usados inscriptos en la AFIP. “En promedio trabajan tres personas en un concesionario, algunas de las cuales son familiares. Es decir que estamos hablando de un sector que tiene trabajando a 30.000 personas y hoy esos puestos de trabajo están en juego”, alerta el empresario.
Al momento de pensar posibles soluciones para palear esta situación, Príncipe afirma: “Nosotros priorizamos lo que dice el gobierno y por eso cumplimos las normas que impone, pero le tenemos que mostrar la realidad sobre la situación que estamos viviendo para tratar de encontrar juntos una solución. Podrían ser tasas muy accesibles para que la gente compre y rebaja de impuestos, que es algo absolutamente necesario porque el auto es un bien registral y no hay forma de eludir nada. Nosotros somos agentes de información de la AFIP, es decir que cada operación nuestra está inmediatamente informada. No tenemos ninguna otra forma de sobrevivir sino es con quita de intereses tanto nacionales como provinciales. Con esas condiciones tengo confianza de que podremos revertir la situación”.
Más allá de la crisis ocasionada por el coronavirus, en la CCA siguen atentos a los datos arrojados en su plataforma NuestrosAutos.com, donde las agencias inscriptas en la Cámara pueden publicar sus autos y venderlos de manera online. “Tenemos la misma cantidad de consultas que antes de esta situación y lo mismo ocurre con otros sitios de este tipo, que testeamos permanentemente. Eso es algo positivo… Obviamente, no hay posibilidad de ventas porque los negocios no están abiertos”, explica Príncipe.
Por último, el titular de la CCA puso un signo de interrogación a los valores de los vehículos usados una vez pasada la pandemia. “Cuando volvamos a cierta normalidad los precios no sé si van a ser los mismos… Hay que esperar a ver cómo reacciona el mercado. Si el cero kilómetro sigue manteniendo las ofertas, los precios más o menos van a estar razonablemente en la misma ubicación que antes. Si las ofertas desaparecen y los precios cambian de cero kilómetro, eso también repercutirá en el valor del usado que toma como base el precio de lista del cero kilómetro. Y luego hay que ver el comportamiento del mercado porque el auto usado se mueve en base a la oferta y a la demanda. Si después de esto todavía sigue demandado, los precios van a estar igual; pero si sigue súper demandado y no hay ingreso de mercadería, va a subir”.