El conductor del coche médico de la Fórmula 1, Alan van der Merwe, y el doctor Ian Roberts, los primeros que asistieron al piloto francés Romain Grosjean (Haas) tras su brutal accidente este domingo en el Gran Premio de Bahrain, han reconocido que “nunca” habían visto “un incendio así”, y que gran parte del éxito de que no haya ocurrido una desgracia se debe a la reacción “rápida e instintiva” de todos, más allá de la “preparación” para este tipo de hechos.
“Mucho de esto es preparación, pero nunca habíamos visto algo así antes. No había visto nunca un incendio como este en mi etapa como conductor de coche médico, era un territorio nuevo y desconocido, y solo podemos estar tan preparados con nuestras propias ideas”, señaló Van der Merwe.
Además, reconoció que esto escapa a todos los escenarios hipotéticos que ensayan antes de las grandes citas. “Hacemos mucha preparación de escenarios, pero esto fue una locura. Honestamente, para llegar allí y tras ver la mitad del monoplaza, mientras que la otra mitad no se ve por ningún lado y solo se ve una enorme bola de fuego, tienes literalmente segundos. La preparación solo te lleva hasta cierto punto, y después de eso solo es pensamiento rápido e instintivo”, afirmó.
Este domingo, a la salida de la curva 3 del circuito de Sakhir, el coche del piloto galo se tocó con el del ruso Daniil Kvyat (AlphaTauri) y se desvió de su trayectoria para irse directo a gran velocidad hacia el guard-rail situado a su derecha. En el impacto, el monoplaza quedó partido en dos y envuelvo en una gran bola de fuego. Tras 27 segundos de angustia, Grosjean consiguió salir de entre las llamas por sus propios medios gracias a la labor del Halo y el hueco vital que había formado entre el coche y las defensas de metal.
A este final sin desgracia contribuyeron notablemente Roberts y Van der Merwe, que acudieron raudos al lugar del accidente. “La primera vuelta, como de costumbre, los seguimos y solo vi una llama masiva y cuando llegamos, una escena muy extraña en la que tienes medio coche apuntando en la dirección equivocada y justo al otro lado de la barrera, un enorme calor”, describió Roberts.
“Pude ver a Romain tratando de levantarse. Necesitábamos alguna forma de llegar a él. Tenemos al comisario de pista allí con un extintor, y ese extintor fue suficiente para alejar la llama mientras Romain se elevaba lo suficiente para luego estirarse y tirar de él mismo sobre la barrera”, indicó.
El doctor Roberts explicó cómo se encontró a Grosjean una vez que se estaba fuera de peligro. “Pude ver, obviamente, que estaba muy tembloroso y que su visera estaba completamente negra y derretida. Era cuestión de quitar el casco para comprobar que todo lo demás estaba bien. Tenía algo de dolor en el pie y en las manos, así que a partir de ese momento, supimos que era lo suficientemente seguro moverlo al coche médico para aplicar un poco de gel sobre sus quemaduras”, apuntó.
“Mirándolo clínicamente, estamos bastante contentos con él desde el punto de vista de las lesiones que podrían haber amenazado su vida. Luego solo intentamos que se sintiera cómodo con las lesiones que podíamos ver”, continuó Roberts, que bromeó diciendo que había conseguido “un buen bronceado” al acercarse a las llamas tratando de ayudar a Grosjean.
Por último, Van der Merwe destacó la “valentía” de Roberts. “Es un trabajo en equipo y, en última instancia, a veces Ian tiene que confiar en mí y viceversa, y hoy todo el mundo ha hecho su parte. Romain hizo mucho. El hecho de que él mismo pudiese salir por su propio pie, incluso sin la bota, es importante. Un cambio en una de esas cosas podría dado un resultado muy diferente. Todo el trabajo en equipo, toda la preparación, parece que vale la pena”, concluyó.